Hay veces que el tiempo no alcanza.
Intentas estirarlo al máximo pero no llegas a todo lo que te gustaría.
Esa es la sensación que tengo desde hace muchos meses y no le veo fin.
Pocas veces he tenido tan abandonado el blog y las visitas a los blogs amigos y me da rabia.
Sin embargo la falta de tiempo no es incompatible con un postre casero, más si tiramos de alguna ayuda como he hecho yo con la receta de esta semana.
Las natillas nunca fueron muy de mi gusto.
Me las comía, sí, pero de ahí a encantarme iba un trecho.
Hasta que las haces en casa y todo cambia.
Encima leías algunos blogs que parecía que hacer unas natillas caseras estaba a la altura de convertir el plomo en oro.
Que no voy a decir yo que no tenga su ciencia, pero si sigues el paso a paso y lees bien lo que tienes que hacer la complicación es nula.
Y si tienes un cacharrito en casa tipo Monsieur Cuisine o Thermomix o alguno del estilo la dificultad radica más en quitarte las calorías de encima que en preparar las natillas.
Soy muy amante del café.
De esas personas que lo toma solo, sin azúcar ni ningún tipo de edulcorante.
Y también me gusta en los postres.
Aunque a mi marido no tanto.
Es por eso que tengo muy pocos postres con él en el blog si tenemos en cuenta mi pasión por esta bebida.
Pero a veces me doy el capricho y si él no gusta de compartir el postre ¡pues más para mí!
Lo que no entiendo es por qué se queja tanto cuando al final tras mucho protestar acaba arrasando con lo que haya en la mesa ¡y voluntariamente!
Y no entiendo la protesta. Si quieres postre lo tomas y si no lo dejas. Que no se obliga a nadie a comer.
Tampoco tiene sentido protestar para que no haga postres con café ya que los hago muy de vez en cuando (lo que equivale a uno o dos al año a lo sumo) y porque ya que soy yo la que se mete en fogones haré lo que me parezca ¿no?
Que no sólo cuentan mis gustos sino el hecho de mantener un blog en el que no voy a estar publicando semana tras semana el mismo postre por muy del gusto de mi maridín que sea.
A lo que iba, que por una vez hice un postre pensando sólo en mi ombligo y le puse café.
Como os he dicho no es que sea muy fan de las natillas, pero fresquitas entran la mar de bien en verano.
Y no será el mejor postre del mundo, pero rico está si compartes el gusto por el café.
Si no te gusta siempre puedes ponerle cacao, crema de chocolate, dulce de leche... o lo que se te ocurra para darles otro sabor.
La receta de cabecera la tienes aquí. Las versiones que hagas ¡pueden ser infinitas! y a buen seguro todas deliciosas.
Para no perder la costumbre he sido muy comedida en el azúcar que le pongo. Para mí tienen el punto justo, pero si en casa sois más golosos tendréis que aumentar un poquito la cantidad.
Espero que os guste el postre que os traigo, al menos es refrescante, lo que se agradece de cara a los días de calor que nos esperan.
¿Alguien se apunta?
Ingredientes:
* 1 litro de leche (yo he puesto semidesnatada)
* 150 gramos de azúcar moreno
* 3 cucharaditas colmadas de café soluble (yo he utilizado descafeinado)
* 1 cucharadita colmada de cacao en polvo sin azúcares añadidos
* 20 gramos de harina (fécula) de maíz
* 4 huevos
Elaboración:
1. Añadimos todos los ingredientes al vaso de la Monsieur Cuisine y programamos 10 segundos velocidad 5.
2. Colocamos la mariposa (pala para mezclar) y programamos 14 minutos, velocidad 2, 90 grados
3. Cuando termine vertemos en los boles en los que vayamos a presentar y tapamos con film transparente tocando la superficie de las natillas para que no formen costra. Una vez hayan atemperado guardamos en el frigorífico hasta el momento de servir.
Postre facilón donde los haya, de esos que te saben a los postres de toda la vida y sin dificultad si tienes un aparatito en casa.
Si os animáis espero que sea de vuestro gusto.
Ayer fue la extracción de sangre de Lara. Se portó como una campeona. Ni se movió, ni lloró ni nada de nada. Mejor que muchos adultos. La semana próxima tendremos los resultados
Las pobres están un poco resfriadas, tanto cambio de temperatura pasa factura. Yo tengo la voz que no se me reconoce.
Hemos sobrevivido además a la segunda dosis de la vacuna Covid de mi marido. A mí me la ponen el lunes, cruzo los dedos para no tener ningún efecto ¡os contaré la semana próxima!
Intentaré ir pasando por vuestros blogs en cuanto tenga hueco, que me sabe muy mal tener esto tan abandonado.
Espero que todos sigáis bien ¡nos leemos el jueves próximo!
Manos a la masa y ¡bon appétit!