Una conocida marca de natillas sacó al mercado hace algún tiempo unas natillas de caramelo. Desde entonces mi hijo no para de pedirme natillas de caramelo y como no me gusta mucho comprarle postres industriales, tenía que hacerlas en casa… y tenían que saber igual, porque de lo contrario continuaría queriendo que las comprase hechas. Así que me puse a hacer pruebas, hasta dar con unas natillas que saben igual, pero que no llevan ni colorantes, ni conservantes, ni ninguna de todas las porquerías que tanto les gustan a los niños.
La receta base es la de unas natillas normales, pero la empezaremos preparando un caramelo, que le dará color y sabor. Además en unas natillas normales comenzaríamos por infusionar en la leche caliente un palito de canela y/o un trocito de cáscara de naranja o de limón, mientras que en ésta no los ponemos para no enmascarar el sabor a caramelo. En su lugar podemos potenciar el sabor con unas gotas de esencia de caramelo líquida, pero no es imprescindible, las pondremos solo si queremos un sabor profundo a caramelo (como era mi caso).
Ingredientes:
200 g de azúcar
1 l de leche
3 yemas de huevo
3 cucharas grandes de maizena
1 cuchara pequeña de esencia de caramelo
Preparación:
Antes de empezar debemos tener todos los ingredientes a mano y listos para usar, porque una vez tengamos el caramelo preparado, debemos añadir el resto de ingredientes bastante rápido. Por eso recomiendo que empecemos por batir las yemas, añadirles la maizena y diluir todo en un poco de leche. El resto de leche la calentaremos y reservamos ambas preparaciones.
Entonces pasamos a hacer el caramelo, calentando el azúcar con unas gotas de agua. Es muy importante no quemarlo: en mis primeras pruebas dejé que adquiriese un color demasiado fuerte y esto cambiaba el gusto, hasta hacerlo incluso un poco amargo. El caramelo estará listo cuando apenas comience a tomar color marrón claro. En este momento añadiremos la leche caliente, poco a poco y con mucho cuidado de no quemarnos, ya que burbujea muchísimo. Removemos de forma constante para que se disuelva el caramelo y añadimos la mezcla de yemas con maizena. Continuamos removiendo sobre el fuego suave hasta hierva y a partir de allí un par de minutos hasta que espese. Retiramos del fuego y añadimos la esencia de caramelo. Repartimos en tarrinas individuales y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. Y cuando ya estén frías las podemos disfrutar como postre o para merendar…
Ah! Y como siempre os digo, no tiréis las claras de huevo, que pueden congelarse y usarse más adelante para hacer otras muchas preparaciones como unos macarons, una Pavlova, un angelcake…