Que igual podemos llamar natillas, que crema. Que no quiero que nadie se ponga quisquilloso con los términos.
Os he contado muchas veces que en mi zona no hay gran tradición gastronómica en torno al día de Todos los Santos.
Y yo lo agradezco porque las Navidades se otean en el horizonte y no hace falta calentar motores a principios de noviembre para que la báscula vaya en alza.
Pero sé que muchos de vosotros aún daréis cuenta de los buñuelos, las cocas de calabaza o los huesos de santo y que esta semana el postre debería ser saludable y bajo en calorías.
Así que he escuchado vuestras súplicas y os traigo un recetón que no podía gustarme más.
Atentos:
1. Está preparado con fruta de temporada.
2. No lleva azúcares ni ningún tipo de endulzante añadido.
3. Se ensucian dos cacharros (uno si lo hacéis en batidora de jarra o en procesador tipo Themomix o Monsieur Cuisine)
4. Tardamos menos de cinco minutos en tenerlas listas.
5. Es una receta apta para cualquiera ya que sólo hay que pelar, partir y triturar.
¿Se puede pedir algo más?
Porque ya os aseguro yo que están buenísimas.
Los que lleváis un tiempo por estos lares sabéis que me gusta cuidarme, llevar una dieta equilibrada, mantener un peso bajo, un estilo de vida activo y saludable... Pero no soy partidaria de extremos ni amiga de poner etiquetas a los alimentos.
Ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos ni mucho menos nadie tiene derecho a juzgarnos y opinar acerca de lo que comamos.
Hace bastante tiempo que no me prolifero en redes sociales. En parte por falta de tiempo y en parte porque hay gente que se cree con la verdad absoluta de la alimentación en la mano y a estas alturas no tengo ganas de enfrentarme a los talibanes de lo saludable. Porque sinceramente algunos ya rallaban en lo obsesivo y tenían un séquito de acólitos y palmeros que daban bastante miedo.
Espero que solo sea un rol para ganar seguidores en redes y todo lo que conlleva en forma de colaboradores y partners. Los negocios son los negocios, pero a veces dudo si la gente se comporta así en la vida real.
Lo que es innegable es que todo aquello que lleva la etiqueta saludable, fit o healthy vende. Y vende mucho y muy bien.
Que no digo yo que no lo valga, pero a estas alturas he visto pasar muchas "modas" alimentarias en forma de dietas (Dukan, Keto, Atkins...) y de alimentos con propiedades casi divinas.
Por otro lado no hay que gastar el dinero en alimentos saludables "especiales" Pienso que más saludable que los alimentos que da la tierra no habrá nada ¿no? Así que mejor un puñado de frutos secos recién partidos que una cucharadita de proteínas en polvo ¡digo yo!
Y aquí llego yo con mis natillas saludables que se elaboran con tres ingredientes ¡Tres! De los que encontráis en cualquier supermercado y no hay que pagar a precio de sangre de unicornio.
El kaki está de temporada y yo tuve la suerte de que me regalaran los que veis en la foto y los que no veis porque están en las natillas.
Me encanta por el color, su sabor suave (Elena se empeña en decir que es una manzana naranja) y su alto contenido en fibra.
En casa incluso los come Lara, que siempre es la más delicada para cualquier alimento y suele cerrarse en banda a todo (menos a las chucherías, claro)
Si me descuido, desaparecen. Una imagen vale más que mil palabras ¿verdad?
Hace muy poco tiempo que los consumo. Quizá empecé después del embarazo de Lara.
Si hablo de caquis pienso en los que veía a mi madre o mi abuela comer con una cuchara, como si en el interior de la piel hubiera una mermelada que a mis ojos infantiles se antojaba asquerosa.
Recuerdo ese rechazo sin motivo alguno porque jamás me digné a probarlos.
Fue mi marido el que los compró alguna vez y a mí se me antojó la necesidad de probarlos.
Desconozco la diferencia entre caqui y kaki.
Tal vez los persimon que yo adoro hoy sean los caquis de mi infancia a los que no se les ha dado el tiempo necesario para que el interior madure más.
Si alguien sabe la diferencia agradecería me lo explicase en los comentarios.
Lo importante es haber incorporado una fruta más, de temporada, a nuestra dieta habitual de otoño.
Me apetece además investigar y experimentar con él en repostería, pero nos gustan tanto que rápidamente se pierden del frutero.
A ver si este año se vuelven a acordar de nosotros y nos regalan más.
Yo espero que os animéis con esta receta que no necesita ni siquiera de endulzantes, pero si tenéis un punto goloso no pasa nada por añadir azúcar, miel o algún sirope.
¿Alguien se apunta a un vasito?
Ingredientes:
* 1 kilo de queso fresco batido con alto contenido en proteína
* 4 kakis persimon maduros
* 1 cucharadita de canela
* Canela en polvo para espolvorear (opcional)
Elaboración:
1. Pelamos los kakis, los partimos en trozos y los ponemos en un bol amplio.
2. Añadimos el queso fresco batido y la canela en polvo y con la ayuda de la batidora (o en un procesador de alimentos) trituramos hasta dejar una mezcla lisa, cremosa y sin grumos.
3. Vertemos en los vasitos o boles elegidos, tapamos y dejamos reposar en el frigorífico.
4. Antes de consumir se puede espolvorear con canela en polvo.
Esta receta admite cualquier endulzante: miel, sirope de ágave, azúcar, edulcorante líquido... pero personalmente no creo que lo necesite. La canela corrige la acidez del queso fresco y no se echa de menos el dulzor.
Pero para gustos los sabores y podéis endulzar a vuestro gusto.
Espero que hayáis disfrutado del puente.
Nosotros lo pasamos en casa por la lluvia y porque además Elena ha pillado un "maravilloso" virus en la guardería, conocido como mano, boca, pie y se pasó dos días sin poder comer nada ¡ni os imagináis cómo tenía la garganta por dentro de ampollas!
Desde aquí mi profundo agradecimiento a las familias que a sabiendas de que sus hijos están malos los colocan en la guardería o el colegio para que el contagio sea compartido.
Después de seis años consecutivos de guardería sé que lo normal es que los virus circulen libremente en las aulas. Pero una cosa es llevar a tu hijo incubando un resfriado o una gastroenteritis porque no tiene síntoma alguno y ni siquiera tú lo sabes y otra muy diferente callarte y llevarlo con este virus que ha pillado Elena, o con conjuntivitis... que además son muy contagiosos.
Y sí, Lara también lo tuvo, pero se contagió antes del año.
Así que tengo a Elena alargando el puente y no irá probablemente hasta la semana próxima cuando se haya recuperado y tampoco le queden granitos en las piernas o las manos. La pobre está hecha un cromo.
Gracias una semana más por acudir a este rinconcito ¡Nos leemos el jueves próximo!
Manos a la masa y ¡bon appétit!