Tal es así, que el fin de semana pasado mis tres dragones se fueron a casa de unos amigos a la montaña ya que mi hijo tenía una carrera por la zona.Yo me quedé en casa porque ya sabéis que ando un pelín fastidiada de la espalda. Pues bien, una de las actividades que estuvieron haciendo fue recoger fresitas silvestres. Como saben que me encantan, me trajeron un buen montón para que preparara algo bueno y bonito para el blog. ¿No me diréis que no es un detallazo? Mirad qué pasada:
Así que aquí me hallo, maquinando qué hacer con ellas. Hoy os traigo la primera entrega, una New York cheesecake con frutos silvestres. Vamos con la receta.
Ingredientes: (Deben estar a temperatura ambiente)
Base:
200 gr. de galletas (Yo usé de Mercadona)
90 gr. de mantequilla derretida
15 gr. de azúcar glas
Relleno:
750 gr. de queso tipo Philadelphia
200 gr. de azúcar glas
5 gr. de sal
60 gr. de harina de fuerza
el zumo y la ralladura de un limón
500 ml. de nata (crema de leche) (mínimo 35 materia grasa)
6 huevos M
1 cucharadita de esencia de vainilla
Mermelada de frutos silvestres:
300 gr. de frutos silvestres variados: fresas, arándanos, moras, frambuesas...
150 gr. de azúcar (depende de la acidez de las frutas)
el zumo de medio limón.
Elaboración:
1) Triturar las galletas hasta reducirlas a polvo y mezclarlas con la mantequilla derretida. Debe quedar como arena mojada.
2) Engrasar un molde de unos 20 cm. de base desmoldable y forrar la base con papel de hornear.
3)Forrar el molde con la mezcla de la galleta y la mantequilla presionando bien y reservar en el congelador.
4) Mezclar los ingredientes por el orden que están anotados anteriormente hasta que queden cremosos.
5) Precalentar el horno a 200º.
6) Verter el relleno sobre la base e introducir en el horno durante 10 minutos.
7) Transcurrido ese tiempo, bajamos el horno a 190º y dejamos 40 minutos más.
8) Apagamos el horno y dejamos que se enfríe por completo dentro (mínimo dos horas, mejor toda la noche). Así evitaremos la formación de grietas, las peores enemigas de los cheesecakes.
9) Una vez frío, reservamos en la nevera hasta el día siguiente, sin desmoldar.
10) Preparamos la mermelada poniendo al fuego todos los ingredientes y moviendo con una cuchara de palo para que no se enganche. Hervimos durante unos 20 minutos y retiramos. Si nos gusta la mermelada sin trozos, la podemos triturar e incluso, pasar por el colador chino.
11) Una vez templada, la colocamos sobre la tarta de queso y, cuando se enfríe del todo, la desmoldamos.
¡A disfrutar!!! Y muy pronto, la segunda parte de la historia de las fresas silvestres. ¡No os la perdáis!!
Sandra?
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