La teoría de la reencarnación es el punto de partida de la historia del hombre (Fiedrich Nietzsche, filósofo y poeta)
La palabra “reencarnación” tiene su origen en el latín: “re” que significa “de nuevo”, e “incarnare”, que quiere decir “hacer carne”. Las filosofías orientales (sobre todo el hinduismo y el budismo) sostienen que después de la muerte, el alma de una persona renace en otro cuerpo; por lo que lo que se ha vivido en vidas pasadas, sigue presente en cada reencarnación, en cada nueva vida, ya sea consciente o inconscientemente.
“El cuerpo se deja atrás (se entierra o se incinera), y la mente, que nunca muere, viaja para conectarse con un nuevo cuerpo y comenzar una nueva vida. Por tanto, la muerte no es un punto final sino más bien una puerta hacia otra vida, aunque lo que pasa de una vida a la siguiente no es una identidad personal inmutable o un alma, sino más bien la corriente mental impersonal en constante cambio que transporta las huellas o impresiones kármicas de todo lo que hemos hecho en la vida. Estas impresiones determinan las experiencias que tendremos en el futuro.” (Lama Zopa Rimpoché)
Si alguien cree en la reencarnación, en ésa filosofía que indica que el alma del ser humano o la conciencia, sobrevive la muerte y retorna para nacer en otro cuerpo físico con el propósito de crecer en conocimientos y sabiduría, si cree en vidas pasadas, seguramente podrá entenderme; estoy convencida, totalmente segura que en mis anteriores vidas, fui oriental y de ello, a mi personalmente, no me quedan dudas.
Mi vida totalmente ha estado altamente influenciada por India, Japón, China….mi personalidad, mi forma de reaccionar y de actuar incluso ante determinadas situaciones, incluso mi forma de pensar, mis aficiones, mis gustos……y por ende, también “Mi Cocina”.
La cocina oriental, después de la malagueña (todo hay que decirlo) es mi favorita, me encanta los contrastes de sabores, de texturas, las mezclas dulces-saladas-picantes; me gusta cocinar en wok y adoro los aromas de las especias. Además, no hay que dejar atrás que la cocina oriental es saludable, fácil de preparar y que nunca “aburre”.
Mis primeros contactos con la gastronomía asiática fue concretamente en el año 1971, cuando inicié mis primeros pasos profesionales con una gran empresa cuyos propietarios eran oriundos de India y nuestros proveedores eran Japón y China…..
Con ésa base, durante el paso de los años y mi pasión por la gastronomía han ido haciéndose un gran hueco en “Mi Cocina” los platos de Orient-e, es por lo que en mi blog encontrarán de hecho recetas “orientales”
26 recetas de India
23 recetas de Japón
23 recetas de Thailandia
76 recetas de China
Hoy les presento un postre muy habitual, todo un clásico en los restaurantes chinos: nueces fritas con miel.
Volviendo a mis gustos orientales, quizás intentando rememorar vidas pasadas, pero sin dejar atrás mi pasión por mi tierra, mi Málaga…es por lo que, como podrán imaginar, lo he preparado con productos malagueños. Así que ésta receta tiene Sabor a Málaga. ¿Lo dudan? las nueces de Ronda, fritas con miel de Málaga, el aceite de oliva virgen extra malagueño.
¿Se animan a probarlo?
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para dos personas:
Un vaso mediano de agua, 150 grms.de azúcar, 200 grms. de nueces (ya peladas) yo usé de Ronda (Málaga), un vaso mediano de aceite de oliva virgen extra (usé por supuesto, malagueño) y miel (he usado miel ecológica, malagueña, de romero).
Los pasos a seguir:
En una cacerola poner el agua junto con el azúcar al fuego, remover bien y llevar a ebullición.
Cuando rompa el hervor, añadir las nueces dejándolas hervir durante cinco minutos, sin dejar de remover de vez en cuando.
Retirar del fuego y escurrirlas bien con un colador.
En otra cacerola, echar el aceite y poner el recipiente en el fuego.
Cuando esté caliente añadir las nueces, friéndolas durante unos dos minutos aproximadamente,
hasta que estén doraditas, sin dejar de remover y con cuidado de que no se quemen (amargarían).
Sacarlas con una espumadera y dejarlas sobre papel de cocina, dejándolas escurrir.
Pasarlas a un plato a fin de que se vayan enfriando totalmente, así se irán endureciendo. Separarlas unas de otras.
Servir en copas y regar con abundante miel….
Por cierto ¿se las imaginan sobre un brownie de chocolate? ¿o sobre unas bolas de helado? ¿y por qué no sobre un delicioso flan? ¿y qué tal quedaría sobre un esponjoso bizcocho, incluso sobre una tarta? ¿Y………?