Es jueves y hoy llega al blog otro postre en vasitos, que ya se está convirtiendo en mi especialidad. Las frambuesas se ha convertido con el paso de los años en mi fruta preferida, me encantan, las puedo tomar solas, una a una o con yogur o cualquier postre como éste. En esta ocasión se trata de una panna cotta. Como ya sabéis se trata de un postre de origen italiano, que literalmente se traduce nata (crema de leche) cocida. Hoy la receta trae la variante del añadido de la leche condensada. En su interior lleva también frambuesas y luego se decorar con un poquito más de frambuesas o también podéis preparar una mermelada. Yo he sido más básica y he añadido sólo las frambuesas para no añadir más calorías al conjunto.
INGREDIENTES:
500 ml. de nata (crema de leche) para montar
250 gr. de leche condensada
1 cucharadita de esencia de vainilla
3 hojas de gelatina
100 gr. de frambuesas
PREPARACIÓN:
En un cazo ponemos a calentar la nata (crema de leche) junto con la leche condensada. Mientras, ponemos en remojo en agua fría las hojas de gelatina. Cuando la nata (crema de leche) y la leche condensada comiencen a hervir escurrimos el exceso de agua de la gelatina y la añadimos al cazo que habremos retirado del fuego.
Añadimos la cucharadita de vainilla y removemos bien hasta integrar todo y comprobar que la gelatina se ha derretido. Disponemos los vasitos de servicio y ponemos dentro 5 o 6 frambuesas. Vertemos la mezcla dentro y dejamos enfriar una media hora. Después introducimos en el frigorífico unas horas, hasta que se cuaje por completo. A la hora de servir le añadimos unas frambuesas por encima.
En lugar de vasitos podéis presentarla en flaneras, para ello tendréis que poner una hoja más de gelatina, para que no haya problema después en desmoldar y que el postre mantenga el tipo. Ese problema no lo vais a tener nunca con los vasitos claro.
Espero que os guste y no tardéis mucho en preparar este riquísimo postre.
Feliz jueves.