Muy popular en Brasil, aunque de origen europeo, el pão de mel es un esponjoso y jugoso pastelito elaborado a base de cacao, miel y especias (clavo, canela, nuez moscada y, a veces, jengibre), cubierto por una irresistible capa de chocolate, y habitualmente relleno de cremoso dulce de leche.
Cuentan que la idea de bañar el pan de miel con chocolate se remonta a la época en la que el cacao fue llevado de América Central a Europa. Los pasteleros descubrieron que cubriendo el bizcochito con una capa de chocolate fundido, la masa mantenía su humedad y sabor durante más tiempo.
Con los años, la receta ha ido evolucionando hasta encontrar pães de mel rellenos de todo tipo de cremas y sabores. No es raro encontrarlos decorados y con coberturas variadas, ideales para fiestas y ocasiones especiales.
Los míos son un poquito más grandes de lo habitual. Y es que me pasé rellenando los moldes. Ya sabéis que a mí eso de escatimar no me va. Prefiero que sobre a que falte. Abundancia ante todo. No obstante, si deseáis reproducir esta receta lo más fielmente posible, os recomiendo rellenar una tercera parte de los moldes, o incluso menos. Con lo que si a mí me salieron 10 grandotes, lo mas probable es que obtengáis de 12 a 14 unidades.
Pão de mel:
Receta adaptada de la página de Facebook "Con el chef" (hice la mitad y sustituía algún ingrediente por otro)
INGREDIENTES
140g de leche
1/2 cucharadita de canela en polvo
3 clavos
1/8 de cucharadita de nuez moscada en polvo
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
120g de miel
2 huevos de la talla L
40g de azúcar moreno
75g de aceite de oliva virgen extra suave
33g de cacao puro en polvo
1/2 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharada de levadura química en polvo
un pellizco de sal
225g de harina
200g de chocolate negro para postres, fundido
dulce de leche
PREPARACIÓN
Comenzamos calentando en un caso la leche con la canela, el clavo, la nuez moscada, la vainilla y la miel. Dejamos reposar la infusión durante 20 minutos.
Pasado este tiempo, batimos ligeramente los huevos con el azúcar moreno. Añadimos el aceite de oliva y mezclamos. A continuación, la leche infusionada (sin los clavos) y mezclamos muy bien todo.
Por otro lado, tamizamos juntos el cacao, el bicarbonato, la sal, la levadura y la harina; y los añadimos a la mezcla anterior. Removemos con una espátula y rellenamos con la preparación una manga pastelera desechable. Cerramos muy bien, y dejamos reposar en la nevera durante una hora, mínimo.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Con la ayuda de la manga, rellenamos una tercera parte de los moldes (previamente engrasados con aceite de oliva). Horneamos 18 minutos a 180ºC.
Dejamos que enfríen por completo sobre una rejilla y, a continuación, los cortamos por la mitad con un cuchillo de sierra. Los rellenamos con dulce de leche, y los cubrimos con le chocolate fundido. Dejamos que la cobertura se endurezca completamente antes de servir.
¡¡Un besazo!!