He procurado anotar mi forma de cocinar, la cocina de mis antepasados, no sólo ser fiel a sus recetas sino también a la manera de cocinarlas, sin prisas, con mimo y cariño; intentando resaltar el sabor de las comidas caseras y tradicionales malagueñas ante todo; comidas algunas que se van perdiendo en la memoria y en las costumbres gastronómicas de las nuevas generaciones.
Sabores y recetas que me transportan a mi infancia, al arte en la cocina de mi madre.
Me gusta escribir y me gusta la cocina, por lo que últimamente reconozco que he convertido sabores en sentimientos, sensaciones en olores y cada plato me traslada a momentos vividos y me gusta compartirlo con quienes me visitan en “Mi cocina” virtual..
Hay recetas que me he resistido a subir, me da un poco de verguenza, como decimos los malagueños: me da hasta apuro y una de ellas es ésta, por su humildad, por su sencillez, por su facilidad...y por qué no reconocerlo: su simplicidad.
Para mi no hay mejor plato: papas fritas con huevos “estrellaos” y si lo acompaño con un tomate troceado con sal, la mejor cena del mundo.
Papas, huevos y aceite.
Es lo que nunca faltó en casa de mis padres: un saco de patatas, garrafas de aceite de Periana (que lo compraba por kilos, no por litros) para casi todo el año y una huevera con huevos morenos de corral (muchos de ellos de dos yemas).
Hay ciertos mitos acerca del uso de la fritura, creo que las patatas fritas comenzó a asociarse con la imagen de los restaurantes de comidas rápidas y cayó en cierto desprestigio gastronómico y hay que tener en cuenta que comerse un buen plato de patatas con huevo, con buena materia prima es todo un placer gastronómico que no debemos dejar en el olvido.
¿Cómo las hago?
Pelar y lavar las patatas, cortar a tiras y salar al gusto.
Poner en la sartén abundante aceite de oliva a calentar. ( he usado de Periana, pero si usan de Ardales, de La Laguna de Fuente de Piedra o de La viñuela, todos malagueños, disfrutarán de magnificos aceites).
Echar las patatas e ir dando vueltas varias veces, procurando que no se doren demasiado.
Cuando estén listas, echar el huevo, salándolo un poco y con la espumadera romper la yema (o las yemas si son más de uno), dejándolo cuajar y mezclándolo con las patatas.
Una vez cuajados los huevos, sacarlas patatas de la sartén escurriéndolas muy bien a fin de que suelten el aceite sobrante.
Quizás, con total seguridad, para mi junto con el “pescaito” sea éste mi receta preferida, mi plato especial.
¡¡ Les invito a disfrutarlo !!