Es una receta sencilla, y deliciosa. A mí personalmente, los puerros me encantan de todas formas, en crema, en pastel, a la plancha, al horno… Dan juego para todo y tienen un sabor delicioso. Esto es lo de siempre. Recetas sanas, recetas sencillas, cocina de temporada, cocina de toda la vida.
4 puerros hermosos limpios, pelados y cortados en aros
1 calabacín pequeño, cortado finito, para dar cuerpo al pastel
3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
4 huevos
150 ml de nata (crema de leche) de montar
2 cucharadas de harina
Mantequilla para embadurnas los moldes
Papel de horno para forrar la base de las terrinas
Fácil, Fácil. Vamos preparando el horno a unos 180ºC, por arriba y por abajo con un cacharro con agua, porque esto va al Baño María. En una sartén con el aceite a fuego suave, salteamos los puerros con un poco de sal y pimienta. Con paciencia. Cuando están transparentes, añadimos los calabacines. Cuando esté todo tierno, ponemos la nata (crema de leche) y rectificamos de sal. Dejamos unos 2 ó 3 minutos. Apagamos
En un vaso de batidora, ponemos nuestra nata (crema de leche) con el sofrito y añadimos los huevos y la harina. Trituramos un poco, solo para que se disuelva la harina. No más. Vertemos el contenido en un molde untado con mantequilla y con un trozo de papel de horno en la base. Damos unos golpecitos para que se siente bien y metemos al horno en el Baño María unos 45-50 minutos. Los últimos 5 los ponemos con ventilador para que nos quede dorado por encima, si no lo ha hecho antes.
Ponemos en el fondo del plato una salsa de tomate rústica, con trozos grandes y sobre ella los trozos de pastel. Me gustan no calientes sino templados o a temperatura ambiente, pero cada cual es cada cual. Y nuevamente la magia entró en mi cocina. Así que Besos a todas, besos a todos, besos a……, en fin, besos, siempre muchos besos.