El caso es que primero pensé en una tarta, pero luego pensé que a la hora de la verdad se me va la mano y salen porciones muy grandes :) Así que decidí hacer pastelitos pequeños, para comer una ración pequeñita que pudiera servir de picoteo.
Utilicé esos moldes tan cucos que compré por internet y que te aseguran un tamaño de bizcochito no demasiado grande.
La receta surgió de ir probando y apuntando, hasta conseguir una masa con la consistencia que creí que debería tener. Así que os diré cómo debería prepararse más que cómo la preparé, ya que muchas cosas las tuve que ir rectificando de cantidades.
Vamos al trapo.
Ingredientes para 12-14 bollitos:
- 4 yemas
- 4 claras de huevo a temperatura ambiente
- 10 cucharadas de sacarina en polvo *
- 120 gr de harina
- 300 gr de requesón light
- 150 gr de frambuesas frescas
- 100 ml de zumo de naranja
- la piel de una naranja
- gasificante para repostería: 1 pareja de sobres
- 1 pizca de sal
*(es importante que sean medidas estándar, no una cucharada sopera de las que usamos para comer o nos pasaremos)
Preparación:
Ponemos el horno a precalentar a 180ºC.
Preparamos la batidora con el accesorio de varillas y montamos las claras con una pizca de sal a punto de nieve. Cuando casi estén les añadimos la sacarina en polvo y las seguimos montando hasta que estén firmes. Las reservamos.
En un bol batimos bien el requesón con las yemas, hasta que formen una crema fina. A continuación rallamos fina la parte naranja de la piel de una naranja y se la añadimos. Hacemos lo mismo con el zumo de naranja.
Tamizamos por otro lado la harina junto con el gasificante, la añadimos a la mezcla anterior y mezclamos bien hasta que se haya incorporado.
Añadimos ahora las frambuesas lavadas y secas que, como están frescas, casi no pesan, por lo que no me hizo falta enharinarlas.
Finalmente le incorporaremos a esta masa las claras montadas, utilizando una paletina y con movimientos envolventes para evitar al máximo que bajen las claras.
Preparamos el molde para cupcakes con las cápsulas y las llenamos con la masa hasta más o menos 1 cm del borde superior, y las llevamos al horno durante unos 30 minutos.
La textura es muy rica, una mezcla entre bizcocho y tarta de queso, jugosa y esponjosa. La naranja le da un toque ácido y dulce que complementa muy bien a las frambuesas y queda todo suavizado con el requesón.
Ya me diréis si lo probáis.
¡Que aproveche!