No sé si todavía alguien no se ha dado cuenta de que me gustan los retos. Bueno, pues es así. Desgraciadamente ésto es lo que me mueve en la vida. Creo que ya lo he dicho muchas veces: necesito que le pongan puertas a mi imaginación. Si alguien me pide que haga cualquier receta en 20 días, en el día 19 todavía estaré dándole vueltas a una posibilidad antes de decidirme. En cambio, si me decís que tengo que hacer alguna preparación de ésta o aquella forma, eso cuenta con fecha de vencimiento, y ahí no suelo fallar.
Este mes de septiembre, tras un paréntesis vacacional, Memories D"una Cuinera nos propone un nuevo reto: Comida en una fiambrera. No sé si alguno de vosotros se ve en esta tesitura, pero a mí no suele darme tiempo a ir a casa a comer. Además, entre el saca el coche, aparca en casa y vuelve a conseguir una plaza de aparcamiento en tu trabajo, como que no es cuento de princesas (más bien del tipo "corre corre que me quitan mi sitio").
Total, que ésto de la fiambrera no es una cosa muy ajena a mi forma de vida, sino más bien todo lo contrario. Muchísimos días me llevo la comida al trabajo y os aseguro que se puede comer muy bien con esta técnica del "táper". Comida casera a la hora del almuerzo aún no estando cerca de casa.
En esta ocasión, os cuento una de las cosas estupendas que me suelo llevar: PASTELITOS DE REQUESÓN, CHERRIES Y ALBAHACA. Y, como ya os podréis imaginar, y siendo una de mis recetas personales, es una propuesta más que sencilla.
INGREDIENTES:
1 rollo de masa brisa preparada
Requesón
Tomatitos cherry
Aceite de albahaca
Albahaca fresca
Pimienta negra
Sal
Extender la masa brisa manteniendo el papel anti-adherente en el que viene enrollada. Poner un cortador del tamaño adecuado y dejar delimitadas las formas que vayamos a utilizar.
Separar los círculos y pinchar el fondo varias veces con un tenedor pequeño. Poner una capa de requesón preparado con trocitos de albahaca fresca finamente picada, un poquito de sal y una cucharada de aceite de oliva virgen macerado también con hojas de albahaca. Esta es otra de las cosas que suelo tener siempre preparadas en casa.
Colocar sobre una bandeja de horno cubierta con papel siliconado a 170ºC. Sacar cuando empecemos a notar que la masa brisa empieza a estar hecha. Cortar los tomatitos cherry a la mitad y colocar encima. Volver a introducir en el horno y esperar unos minutos a que los tomates comiencen a estar blanditos. Sacar y poner por encima unas escamas de sal, un poquito de pimienta negra recién molida, unas hojitas de albahaca. Una receta buenísima tanto recién sacada del horno como de almuerzo frío al día siguiente. Una propuesta muy sencilla y muy rica.
Y ésto es todo. No todos los días puedo tener este lujo de preparación por almuerzo, pero está claro que el mundo de la fiambrera está lleno de sobras de las comidas del fin de semana. Espero que os haya gustado.