Hoy un guiso típico de la región de La Rioja y Álava. Delicioso para esos días de frío que aún puedan quedar, e imprescindible para aquellos que no renuncian a un plato caliente ni en días de más calor. Se trata de un plato de ingredientes básicos pero que conjuntados y siendo éstos de buena calidad dan lugar a un plato de lujo. En casa era la primera vez que lo preparábamos, pero nos ha gustado tanto que seguro que repetimos con mucha frecuencia.
INGREDIENTES (para cuatro personas):
1 kg. de patatas
300 gr. de chorizo para guisar
2 cebollas
2 pimientos verdes
2 pimientos choriceros
Media cucharadita de pimentón
1 hoja de laurel
Litro y medio de caldo de ave
Aceite de oliva virgen extra
Sal
PREPARACIÓN:
Partimos los pimientos choriceros por la mitad, quitando el tallo y las semillas. Los lavamos. Los dejamos en agua caliente durante unos 20 minutos. Mientras, pelamos y picamos la cebolla. Lo mismo hacemos con los pimientos verdes, que cortamos en cuadrados. Retiramos la piel del chorizo y los cortamos en rodajas o en trocitos, como más nos guste.
Calentamos en una sartén unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra y rehogamos la cebolla y el pimiento durante unos quince minutos. Añadimos entonces el chorizo y lo rehogamos durante un minuto. Cortamos las patatas, rasgándolas. Las incorporamos a la cazuela del sofrito y sofreímos durante unos dos o tres minutos. Escurrimos los pimientos choriceros y raspamos la pulpa con un cuchillo. Apartamos la cazuela del fuego, y añadimos media cucharadita de pimentón y la hoja de laurel lavada. Sazonamos (sin pasarnos ya que el caldo ya lleva sal).
Ponemos de nuevo al fuego, cubrimos con el caldo que habremos calentado previamente y añadimos la pulpa de los pimientos choriceros. Tapamos y dejamos cocer a fuego lento durante unos 20 o 25 minutos o hasta que las patatas estén tiernas. Apartamos del fuego y servimos.
Pues con él os dejo, con uno de esos platos que resucitan a un muerto. Espero que paséis un estupendo fin de semana.