Este año hemos indultado al pollo. Será una suerte para él. Es un pollo de corral que alimentamos durante unos meses para que “presida” la comida de Navidad. Si su suerte no fuese tan triste podríamos decir que casi es uno más de la familia. Estas Navidades quien pagará el pato será un pato, valga la redundancia. Un pato que cocinaremos al estilo francés y le daremos esta pátina tan chic que suelen dar los franceses a sus recetas. Haremos un “canard a lorange”, un pato a la naranja. Un clásico de la cocina de nuestros vecinos del norte y que se remonta al siglo XIX. La combinación de sabores dulces y salados es todo un acierto. Además se suele presentar acompañado de alguna guarnición como por ejemplo las patatas duquesa. Si gusta a la familia -que seguro que gustará- los pollos de corral podrán respirar tranquilos durante una temporada.
RECETA
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INGREDIENTES (para 8-10 personas)
Dos patos cortados a trozos (en este caso 2 kilos y 300 g)
El zumo de tres naranjas
Guardar la piel de una naranja, eliminando la parte blanca para hacer tiras
Dos cebollas pequeñas
Dos zanahorias
Dos dientes de ajo
70 g de coñac
60 g de cointreau
Dos cucharaditas de maicena
Una rama de romero
Sal
Pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
Una hoja de laurel
PREPARACIÓN
Salpimentar los trozos de pato y marcar en una sartén con el aceite caliente. Pasar a una cazuela grande.
Con la sartén limpia y un poco de aceite sofreír las cebollas cortadas muy pequeñas. Cuando estén transparentes agregar las zanahorias cortadas de la misma manera.
Añadir los dientes de ajo picaditos. Una vez fritos agregar las dos cucharaditas de maicena. Poner el coñac y el cointreau y flambear con el extractor apagado. Poner el zumo de las tres naranjas y echar en la cazuela del pato. Añadir un vaso de agua (puede ser caldo de ave). Poner una ramita de romero y la hoja de laurel.
Tapar la cazuela y dejar a fuego lento durante una hora y treinta minutos, aproximadamente, moviéndola de vez en cuando hasta que esté blando.
Mientras tanto cortar la piel de naranja en juliana sin la parte blanca y escaldar un par o tres de veces partiendo de agua fría para quitar el amargor.
El plato se puede acompañar de unas patatas duquesa y adornar con las pieles de naranja.