Este es el fin de semana apropiado para ponerse a hacer los dulces navideños. Por eso he pensado que hoy era el día perfecto para publicar este fantástico dulce, para que os animeis y os pongais mañana mismo con vuestros hijos a establecer la tradición familiar de reuniros para hacer pestiños, que os ayuden a hacerlos y que de mayores recuerden estas fiestas con el mismo cariño que lo recuerdo yo, viendo a mi madre hacer borrachuelos.
Quien dice pestiños, dice roscos de vino o roscos de anís, pero como mi madre no tenía costumbre de hacer pestiños, quería aprovechar para enseñaros la receta que yo siempre hago y que me dió mi amiga Andrea, una compañera de trabajo, y que tengo guardada tal como me la dió con todo el cariño, porque desde que la tengo no falta ni un año en casa.
En un recipiente bien grande ponemos 1kg y medio de harina y un sobre de levadura.
Freimos en 1 vaso y medio de aceite de oliva, una cáscara de naranja y un puñado de matalahuva. Se cuela con un colador y reservamos.
Hacemos un volcán con la harina y vertemos en medio 1 vaso y medio de vino blanco, el zumo de 2 naranjas y el aceite que teníamos reservado. Amasamos bien y dejamos reposar una hora.
Se hacen bolitas, se estiran, se les da la forma y se frien en abundante aceite muy caliente.
Aparte calentamos medio tarro de miel rebajado con agua y conforme sacamos los pestiños, ponemos un poco de este almíbar por encima y adornamos con fideos dulces de colores.
¿Y vosotros también os reunís en familia en estas fechas para hacer dulces? ¿Cuáles son vuestros favoritos?