Pero muchas veces dejamos de añadirl los platos por no tener que estar preparándolo o porque el perejil que teníamos se nos ha pasado.
Esto tiene solución y es que con este truco de cocina siempre tendremos ajo y perejil picado en la nevera a la espera de ser utilizado.
Sólo tres ingredientes son necesarios: un ramillete de perejil, una cabeza de ajos y aceite de oliva.
Tendréis que lavar muy bien el perejil y secarlo hasta que no quede ni gota de agua. Después picarlo.
Ahora es el momento de pelar los dientes de ajo y picarlos.
Mezclar los dos ingredientes muy bien y ponerlos en un táper o frasco. Añadirles un buen chorro de aceite de oliva y volver a mezclar para que todo el perejil quede impregnado del aceite, de este modo aguantará más tiempo en buen estado.
Ahora sólo tenéis que meterlo a la nevera y utilizarlo cuando lo necesitéis.
Si preferís, podéis meterlo al congelador.
Y de esta manera no tendréis que andar cada día picando ajo y perejil para vuestros platos.