Esta es de esas tartas que puedes hacer de mil maneras diferentes y complicándote exactamente lo que cada uno esté dispuesto o lo que el tiempo nos permita. Lo que quiero decir es que esta tarta o pie se compone básicamente de una masa quebrada en su base, rellena de mermelada o compota de la fruta que más te guste, en mi caso de arándanos de los que soy consumidora habitual. Entonces es este el punto en el que tú eliges, comprar la masa quebrada ya hecha y lista para hornear así como la mermelada o compota que más te guste, en cuyo caso la tarta la puedes tener lista en cuestión de 45 minutos, o bien y es la opción que he hecho yo, puedes hacer tú mismo la masa quebrada y también puedes preparar tu propia mermelada casera. Por supuesto ambas opciones son válidas y como te digo todo va en función de lo que uno esté dispuesto a invertir, tanto en tiempo como en esfuerzo.
La masa quebrada es una de esas cosas que cuando empiezas en esto de la repostería empiezas a probar recetas y más recetas hasta que das con la que de verdad te gusta, la que te parece que tiene mejor sabor y textura y también más manejable a la hora de manipularla para dar forma a nuestro Pie.
A mi me ha ocurrido que cuando ya tenía cogido el punto a este tipo de masas, resulta que un día mirando el segundo libro que ha publicado Bea Roque, El rincón de Bea: delicias para compartir, veo que tiene una increíble sección de masas para todo tipo de Pies. Entonces decido probar con su receta, variando únicamente la proporción de azúcar ya que ella utiliza a penas una cucharadita y para este tipo de tartas, a mi me gusta que tanto la masa como el relleno sean dulces. Y decir que me quedo con esta receta, por lo que os decía antes, por el sabor, textura y por su facilidad a la hora de manipularla y darle forma. En cualquier caso es una masa muy sencilla de preparar que requiere pocos ingredientes y todos de lo más básicos.
Respecto al relleno, eso ya va en cuestión de gustos y en este caso he rellenado este fantástico Pie con una deliciosa mermelada casera de arándanos que ya os enseñé a hacer en esta entrada. Puedes comprarla hecha o utilizar cualquier otra mermelada, confitura o compota para rellenar tu tarta o Pie. Yo te cuento cómo he hecho exactamente la tarta que ves en las fotos.
INGREDIENTES:
350 gr. de harina
1 cucharadita de sal
100 gr. de azúcar glass
250 gr. de mantequilla muy fría cortada en dados
75-125 ml de agua muy fría
Mermelada de Arándanos
1 yema de huevo y un chorrito de nata (crema de leche) líquida para pintar la superficie
ELABORACIÓN:
Lo primero que vamos a hacer es meter el agua un rato en el congelador con el fin de conseguir que esté muy fría ya que es necesario que, una vez que añadamos la mantequilla, ésta no pierda temperatura y se derrita ya que cambiaría completamente la calidad y consistencia de nuestra masa.
A continuación tamizaremos la harina junto con la sal y el azúcar y la echamos en un bol.
Añadiremos la mantequilla, que la teníamos en la nevera, para asegurarnos de que estuviera muy fría y con las manos,comenzamos a ligarla con la harina, desmenuzándola hasta conseguir una consistencia como de arena mojada.
Comenzaremos ahora a añadir el agua helada poco a poco, amasando lo justo hasta que la masa haya ligado.
Dividimos la masa en dos y colocamos cada una de las dos mitades entre dos papeles de hornear. Con ayuda de un rodillo, formaremos dos planchas de unos 15 cm. de diámetro cada una.
Introducimos nuestras planchas en la nevera un mínimo de 30 minutos, pero puedes tenerla más tiempo tranquilamente.
Pasado ese tiempo, enharinamos la encimera y colocamos nuestra masa sobre ella. Con ayuda de un rodillo las vamos a estirar, comenzando desde el centro y estirando hacia los lados. Ve levantando la masa y dándole 1/4 de giro, para evitar que se pegue y para ir dándole la forma redonda que queremos. Si vieras que se te pega al rodillo, espolvoréala con un poco de harina pero quita el exceso con un pincel ya que si no variaremos las proporciones de harina, haciendo que la masa nos quede mucho más seca.
Cuando hayamos estirado bien nuestras planchas y obtenido dos masas redondas de aproximadamente 30 cm. de diámetro y 3 ó 4 mm. de grosor, procederemos a montarlas sobre nuestro molde. Para manipular mejor la masa, dóblala por la mitad y de nuevo por la mitad para poder transportarla hasta el molde sin que se nos rompa. Colocamos el vértice de la masa justo en el centro del molde y la desdoblamos entonces. También puedes enrollar la masa sobre el propio rodillo y pasarla así al molde. Esto ya depende de la destreza de cada uno.
Como la masa sobresaldrá del molde, con ayuda de unas tijeras recortaremos lo que nos sobre, dejando eso sí, 2 cm. de masa sobresaliendo del molde.
Rellenamos la tarta con la mermelada que hayamos elegido.
Con la otra plancha haremos lo mismo, la estiraremos hasta conseguir una masa redonda de unos 30 cm. de diámetro y con ayuda de un cuchillo afilado, procederemos a cortar tiras de 1 cm. cada una.
Con las tiras que acabamos de cortar, formaremos un enrejado sobre la mermelada y lo sellaremos con ayuda de un tenedor, presionando sobre la masa que habíamos colocado en la base del molde.
Introducimos la tarta en la nevera durante aproximadamente 30 minutos.
Precalentamos el horno a 190º C.
Pintamos la superficie de la tarta con ayuda de un pincel, con la mezcla de la yema de huevo y el chorrito de nata (crema de leche) e introducimos la tarta en el horno durante aproximadamente 90 minutos.
Si observas que durante el horneado la masa se empieza a dorar demasiado, la cubriremos con un trozo de papel de aluminio.
Cuando haya transcurrido el tiempo indicado y la superficie esté doradita, sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.
La podemos consumir fría o también tibia y la puedes acompañar con un poco de helado de vainilla o con nata (crema de leche) semi montada.
ALGUNAS ACLARACIONES:
A la hora de hacer la masa procura no manipularla demasiado y mucho menos amasarla, solo tienes que conseguir que los ingredientes liguen bien pero sin perder la temperatura.
Puedes hacer esta masa en un robot de cocina tipo Kitchen Aid o similar para así evitar tocar demasiado la masa y para ello echaremos primero la harina junto con el azúcar y la sal y a baja velocidad comenzaremos a añadir la mantequilla, batiendo durante dos minutos aproximadamente hasta conseguir una textura arenosa, momento en el que añadiremos el agua poco a poco hasta conseguir que la masa se despegue de las paredes pero sin que llegue a formar una bola. Sacamos la masa del vaso y procedemos a estirarla como os indico en la receta.
Puedes rellenar la tarta con mermelada o con fruta natural a la que añadirás un poco de azúcar por encima al gusto y unos daditos de mantequilla.