Sueño con una reforma por San Valentín, una ampliación, una gran encimera, dos hornos… Me conformaré con una visita.
¿Qué tal si además de la tarta te animas a hacer tu masa? Es muy fácil, te sabrá muchísimo mejor y así la visita será un poco más larga y yo seré feliz. Y además, cuando sirvas la tarta, ni las migas van a quedar (puede que alguno hasta chupe el plato, como hace el marido de mi
Apple Pie
(Receta adaptada de Joy the Baker)
Ingredientes:
Masa para pie (puedes usar mi receta o cualquier otra que te guste) o dos láminas de masa quebrada comprada.
1’5 kilos de manzanas variadas (dulces, ácidas… al gusto), peladas y cortadas en gajos
15 ml zumo de limón
60 gr azúcar moreno
60 gr azúcar blanco
Entre 0’5 y 1’5 tsp de canela (al gusto)
1/4 tsp nuez moscada
1/4 tsp sal
30 gr mantequilla
10 gr maicena
1 huevo batido para pincelar
Azúcar para espolvorear
Preparación:
1.- Sigue los pasos 8-10 de la receta de masa para pie
2.- Pon las manzanas en un bol con el zumo de limón, los azúcares, la canela, la nuez moscada y la sal. Mezcla bien, tapa el bol y deja las manzanas macerar a temperatura ambiente durante un mínimo de 30 minutos y un máximo de 3 horas.
3.- Cuela las manzanas; deberías obtener al menos 125 ml de líquido (que si es un poco más o menos no pasa nada tampoco). Pon el líquido a fuego medio con la mantequilla y déjalo reducir hasta que tenga textura de sirope. Mientras, mezcla las manzanas con la maicena, hasta que se haya disuelto. Cuando el líquido haya reducido suficiente, vértelo sobre las manzanas mezclando bien. Saca el molde con la masa del frigorífico y echa las manzanas dentro.
4.- Saca del frigorífico la otra mitad de la masa y estírala, como habías hecho con la masa de abajo. Con un cortapastas de unos tres centímetros de diámetro (puede ser redondo o con formas), haz un par de agujeros en la masa. De esta forma dejarás salir los vapores cuando cocines la tarta.
5.- Humedece con un poco de agua el borde de la masa que está en el molde, enrolla la masa que tienes estirada sobre un rodillo y colócala encima de las manzanas, sin apretar. Corta el sobrante, dejando aproximadamente un centímetro. Mete ese centímetro de masa sobrante hacia el interior del molde y presiona para sellar y que no se abra durante el horneado. Puedes dar forma al borde de la tarta, presionando con un tenedor o con las puntas de los dedos, pellizcando o apretando.
6.- Tapa la tarta con film de plástico y déjala durante una hora en el frigorífico.
7.- Prepara la rejilla del horno, poniendo encima papel de aluminio para retener los líquidos que pueda soltar la tarta, que no hay cosa que le guste menos al señor horno que mancharse. Entre 20 minutos y media hora antes de hornear la tarta, precalienta el horno a 220º con calor arriba y abajo y coloca la rejilla en la parte de abajo.
8.- Pasada la hora, saca la tarta del frigorífico, pinta la parte superior con el huevo y espolvorea con azúcar. Mete la tarta sobre la rejilla y hornea durante 45-55 minutos, hasta que veas que el líquido burbujea por los agujeros y al introducir un palillo largo o un cuchillo a través de la manzana, la notes algo blanda, pero no que se deshaga. Sácala del horno y ponla a enfriar sobre una rejilla durante al menos 4 horas.
Notas:
Si la masa estuviera muy dura para estirarla, espera a que pierda frío y estará más manejable.
La abreviatura “tsp” se refiere a teaspoon (cucharilla de té) y si no dice lo contrario, cucharadas rasas. Puedes comprar las cucharas medidoras en cualquier tienda de repostería, física o en internet, o en Amazon.
Si tras 30 minutos en el horno la tarta se está tostando mucho, puedes taparla con un trozo de papel de aluminio, pero sin tapar los agujeros.
Puedes servir la tarta templada (que según mi