El fin de semana pasado estuvimos en Galicia y nos trajimos un montón de pimientos del huerto de mis primos. Ayer, aprovechando que encendí el horno, los hice asados.
Los pimientos asados los puedes guardar varios días en la nevera y tomarlos para acompañar un segundo plato de carne o de pescado. También son ideales para tomar aliñados y fríos a modo de ensalada.
Quedaron bien ricos, y es que es un lujo poder tomar productos de temporada directos de la huerta al horno y del horno al plato.
INGREDIENTES:
– pimientos rojos y verdes
– aceite de oliva virgen extra
– sal
ELABORACIÓN:
Lo primero que hacemos es precalentar el horno arriba y abajo, a 200ºC y sin ventilador.
Mientras se calienta el horno, colocamos papel de aluminio en nuestra bandeja de horno y sobre ella los pimientos pintados bin de aceite. Salamos por encima.
Introducimos la bandeja en el horno y lo dejamos a media altura entre 160-180-ºC. Vamos dando la vuelta a los pimientos cada 10-15 minutos para que se hagan por todos los lados y no se nos quemen. Una vez asados, los retiramos del horno.
Dejamos enfriar, quitamos la piel y servimos en ensalada o para acompañar una carne o pescado.