Hoy El Ágora cumple cinco años.
Sin prisas pero sin pausas.Sigo recopilando las recetas que me gustan, que sirven y funcionan en mi casa .
Espero que algunas de estas recetas os sean útiles.
Gracias por estar ahí,por leerme, por comentar, por copiar las recetas,por decirme que funcionan.
A los que no os conozco y me decís cosas por estos mundos.
A los que os conozco y me leéis y me decís que habéis hecho tal o cual receta.
Y siempre os pregunto lo mismo:¿salió bien?¿Os gustó?
Ese es el mejor premio para mi.
Por un año más.
Para este día especial,un postre perfecto.
Surgió, casi sin querer;revolviendo por la nevera y por la despensa,viendo la forma de dar salida a la piña.
La salsa de chocolate de ultima hora le puso el broche de oro.
Para la piña
Una piña natural
50 gr. de azúcar moreno
Un sobre de azúcar avainillada (opcional)
100 ml. de licor Amaretto
Una ramita de menta
Para la salsa
Dos onzas de chocolate negro
Un chorrin de nata (crema de leche)
Una cucharadas sopera de azúcar
Para decorar
Grosellas
Menta
Preparación
Pelamos la piña y la cortamos en rodajas más bien gruesas.
Con un sacabocados le quitamos el circulo central que es muy duro.
Reservamos.
En una sartén ponemos los azúcares a caramelizar y añadimos la piña dando vueltas a las rodajas cada poco.
Cuando empiecen a caramelizar le añadimos el licor y flambeamos.Cuando se apague el fuego añadimos la ramita de menta.
¡Ojo,la campana tenedla apagada!
Dejamos hervir para que se vaya evaporando la salsa y caramelizando a la vez.No tiene que quedar caramelo si no salsa.
Vamos dando vuelta a la piña de vez en cuando.
Reservamos fuera del calor.
En un cazo ponemos la nata (crema de leche) a calentar,añadimos azúcar y el chocolate y removemos para fundir.
Apagamos y reservamos caliente.
Emplatado
Empezamos por la rodaja de piña.
Napamos con la salsa dejando que resbale.
Dejamos caer unos hilos de la salsa de chocolate sobre la piña y la salsa de licor.
*Notas:
Tomaremos el postre a temperatura ambiente.
Yo emplaté una hora antes de tomarlo y estaba perfecto.
Fuente: este post proviene de El Ágora de Ángeles, donde puedes consultar el contenido original.
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