La condición de nuestros padres y la inquietud de nosotros nos coloca en un lugar privilegiado, porque somos la generación que vivió la auténtica cocina mediterránea. Así que como ya es Patrimonio Mundial, "pos" eso: “semos” patrimoniomundial.
No hace mucho me escribía éstas palabras, Pedro Cantalejo Duarte, persona a la que admiro y a la que tenemos un cariño especial en mi familia.
Coordinador del patrimonio natural e histórico de la Comarca del Guadalteba. conservación y director del yacimiento prehistórico de la cueva de Ardales.
Insigne escritor e historiador, con cerca de una veintena de libros publicados, más de cincuenta artículos de investigación sobre la prehistoria de Málaga y Andalucía, magnifico orador y conferenciante; en instituciones científicas y universidades donde suele compartir sus descubrimientos y teorías.
Hacía alusión a las personas de nuestra edad, aquellas que por la época que nos tocó vivir, no existía tanta globalización y nuestras comidas eran más autóctonas, caseras y naturales preparadas con productos de temporada y con la paciencia, calma y buen hacer de nuestros antepasados.
Nunca he dejado atrás la cocina mediterránea, aunque yo más bien la denominaría cocina española, la cocina tradicional, la preparada con productos de la tierra, con ingredientes sanos y naturales, procurando seguir los pasos de mi madre y abuelas, pero sin dejar atrás la cocina internacional, sin miedo a introducir nuevos sabores, nuevas texturas y platos internacionales.
Y ello se puede constatar en “Mi cocina”.
Hoy he querido dar entrada al blog de uno de esos platos mediterráneos, españoles: un pisto.
Hay quien sitúa el origen de éste humilde plato en la época medieval (lógicamente sin tomate y pimiento), todas las comunidades o regiones de nuestra tierra tiene su pisto: el pisto manchego, el pisto andaluz, el murciano, la sanfaina catalana, el extremeño, hasta el portugués y la famosa ratatouille de la Provence francesa, así que a ésta larga lista tengo que añadir el tipico de Málaga: el pisto malagueño, cuya peculariedad es que se solía hacer con berenjena.
¿Cómo lo he hecho?
Picar en cuadraditos la berenjena sin quitar la piel, trocear dos o tres dientes de ajo, un pimiento verde, media cebolla y rallar dos o tres tomates maduros.
En una sartén poner un chorreón de aceite de oliva virgen (he usado de Ardales, malagueño).
Pochar a fuego lento el pimiento, la cebolla y los ajos, echar un poquito de sal, sin que se lleguen a quemar, sacarlos y escurrir bien.
En la misma sartén pochar la berenjena, cuando se vea blandita, añadir nuevamente la fritada de cebolla, pimiento y ajo y el tomate, pochándolo siempre a fuego lento durante unos minutos, salándolo al gusto.
Cuando esté listo el refrito, echar un huevo en el centro de la sartén y que dejar que cuaje.
Aparte de la receta os dejo un poco de historia de mi tierra, y que descubrí no hace mucho, buen fin de semana.
"Braveheart" murió en Málaga
Relata el historiador, Sr.Cantalejo, pese a que en el filme de Mel Gibson aparece como William Wallace. Según el investigador, la película agrupa en uno a los dos clanes más famosos que lucharon por la independencia de Escocia, los Douglas y los Wallace, por lo que el personaje de Gibson "parece ser el del mismísimo Douglas".
La guerra santa que mitificó al caballero escocés James Douglas, portador del corazón del primer Rey de Escocia, tuvo lugar en el verano de 1330 en la comarca malagueña de Guadalteba.
"Es un honor que el símbolo del patriotismo escocés, al que aún le depositan flores en su país, muriera aquí. Nuestra tierra es historia".