Es una de esas pizzas que un día hicimos con lo que teníamos en la despensa y en la nevera y nos encantó por lo que repetimos y se ha convertido en todo un clásico de casa.
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
1 masa de pizza
3 cucharadas de kétchup
150 g de queso mozzarella rallado
1 tomate grande
15 cebolletas
1 lata de sardinillas
1 chorreoncito de aceite de oliva virgen extra
orégano
El kétchup se puede sustituir por salsa de tomate frito, que tendrá un sabor más suave.
El queso mozzarella se puede sustituir por otro con más sabor pero como en este caso tenemos otros ingredientes que serán los que aporte más sabor a la pizza, el queso mozzarella es ideal.
Las cebollitas rojas son encurtidas con sabor suave. Estas cebolletas me encantan como aperitivo. Aportarán sabor y textura a la pizza.
Las sardinillas son en aceite de oliva virgen extra y nos las trajeron los padres de Monsieur Accidents, la última vez que estuvieron en Portugal.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es preparar los ingredientes y utensilios que vamos a necesitar. Lavamos y secamos bien el tomate, lo cortamos en láminas y luego por la mitad, si es muy grande. Escurrimos las cebolletas con un colador para que suelten el exceso de líquido y no lo hagan en la pizza, las cortamos en tres láminas cada una. Hacemos lo mismo con las sardinillas, las colocamos sobre un tamiz para eliminar el exceso de aceite y las cortamos por la mitad.
Precalentamos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo.
Extendemos la masa de pizza sobre una bandeja de horno sin quitarle el papel donde viene enrollada. Cubrir la base con el kétchup, dejando un centímetro del borde sin cubrir. Cubrimos la capa de kétchup con una de queso mozzarella rallado. A continuación colocamos las láminas de tomate y las de cebolleta. Y por último, colocamos las sardinillas.
Llevamos al horno y horneamos durante 17 minutos a una altura media-alta. Transcurrido este tiempo, sacamos del horno.
Presentación:
Pasamos la pizza a una tabla, rociamos con un poco de aove y espolvoreamos un poco de orégano. La llevamos a la mesa con un cortador de pizza, cortamos en 8 trozos y servimos.
¿Qué te parece esta pizza de aprovechamiento? Un pizza con sabor y aroma a verano. La mezcla de sabores y texturas la hace deliciosa y, si te gustan las sardinillas tanto como a mí, te va a encantar.
Bon appétit!
Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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