Tiempo aproximado: 30 min
2 raciones
Ocho y media de la tarde. El Sporting acaba de empatar contra la Real y yo tengo más fame que Carpanta. Las mudanzas siempre se alargan más de la cuenta. Pensábamos acabar para la hora de comer y nos dieron las seis. Las seis ya no son horas de comer. Las seis son horas de ver al Sporting contra la Real. En el garito habitual, buenrollismo futbolero y paisanismo viril con los colegas. ‘¡Falta! ¡Fuera juego! ¡Corre más cabrón! ¡Eh, hijo puta. Ji, ji, ji, ja, ja, ja!’. Fluye la birra, a razón de una pinta por cada parte, y engaño al estómago con una bandeja de bocabits que nos pone el camarero. Total, que a las ocho y media el Sporting sigue invicto en primera y yo estoy medio ciego y con más fame que Caín.
En condiciones normales seguiría ruta. Acabaríamos en cualquier pocilga, mal llamada sidrería, engullendo sidra y comiendo algunas tapas cutres. Croquetas, chipirones afogaos, patatas tres salsas, un cachopo… todo bien graso, todo bien aceitoso, todo bien cerdo… cualquier cochambre mal preparada por un cocinero explotado por algún puto negrero que hace caja esclavizando a sus curritos y cebando a la clientela con bazofia perronera. Y al día siguiente me despertaría con la boca pastosa, la chola taladrada y el estómago centrifugando, arrepintiéndome una vez más de haber caído en la trampa.
Eso sería en condiciones normales. Pero hoy no. Hoy hay que estrenar el nuevo juguetito. Mando guasap: ‘Voy pa casa. Toy esfamiáu. Busca una receta de Thermo. Algo que forre. Mariconades, cero. Envíamela y paso a comprar de la que subo’. Dicho y hecho. A los dos minutos me llegan una docena de ellas. Escojo la de la foto más apetitosa. Después descubriría que la foto era una milonga. Pero nos dio igual. En hora y cuarto nos estábamos poniendo las botas.* (*Revista Digital Mi Thermomix, nº 51)
INGREDIENTES
Pechuga y media de pollo troceada en dados (Ojo. En mogollón de recetas hablan de una pechuga cuando se refieren a media… Yo me refiero a la pechuga entera. En la receta original se habla de cuatro pechugas para dos personas. Eso es una jartada. Compré dos enteras y acabé congelando la mitad de una. Con una y media da de sobra).
Un vaso corto de arroz basmati.
125 gramos de uvas pasas.
1/4 litro de agua.
Una pastilla de caldo de verdura.
Una cucharadita de pimienta negra.
Una cucharada de maicena.
100 gramos de vinagre.
50 gramos de caramelo líquido.
Aceite.ELABORACIÓN
Pones en el vaso en caramelo, el vinagre, el agua y la pastilla de caldo. Programas 15 min, 100º, velocidad 1. A los ocho minutos incorporas la pimienta (a mí se me fue la olla y eché la pimienta cuando iban diez, pero al final sabía de puta madre igual).
Tras programar la Thermo, en una cazuela pones a cocer el arroz en agua abundante. Si las pasas son secas las pones a cocer con el arroz desde el principio. Si son jugosas, las añades cuando queden un par de minutos de cocción.
Mientras tanto, en una sartén con un poco de aceite vas haciendo el pollo. Cuando esté dorado lo reservas.
Incorporas al vaso la Maicena diluida en medio vaso corto de agua. Programas 5 min, 100º, velocidad 1.
Dispones el pollo en una bandeja y viertes sobre él la salsa. Concienzudamente. Que no te quede ni un milímetro de pollo sin empapar con el viscoso y reluciente mejunje. Acompañas con el arroz con pasas. Sirves y a ponerte hasta atrás.
Como comenté antes, cuando estaba listo, aprecié que su aspecto final no tenía nada que ver con la foto de la receta original, en la que se veían hasta trozos de pimiento y piña, pero nos la sudó mucho porque estaba cojonudo.
Cuando os ventiléis el pollo y todavía tengáis gula (hambre habréis dejado de tener un buen rato antes pero seguiréis comiendo porque sois unos gochos), podéis seguir mojando el arroz en la salsa. El basmati con pasas combina estupendamente con esta salsa agridulce. Podéis hacer el doble de arroz por si acaso.