Vivir en un espacio mundializado y sin fronteras tangibles, nos ha abierto una ventana al mundo donde podemos apreciar matices, sabores y aromas que nos resultan sumamente exóticos y sugerentes.
De todas las cocinas que han permeado en occidente, a India es una de las más apreciadas, debido al especiado que predomina en la mayoría de sus platos, dándoles una dimensión para nosotros desconocida, más profunda y compleja a nivel gustativo y aromático.
Las especias nos hablan de aventuras y viajes inolvidables.
En el imaginario popular, se cree que la comida india es fundamentalmente vegetariana, y pese a que es un país de vegetarianos, tanto por religión como por necesidad, no hacen ascos a la carne de res, cordero o pollo.
El pollo al curry es una de las recetas más internacionalizadas, y de paso, occidentalizadas, pues el curry que conocemos aquí poco o nada tiene que ver con el indio.
Aquí entendemos el curry como un mix de especias predefinido de color amarillo, como si ello constituyera una manera concreta de cocinar.
Para los habitantes de la India, el curry es cualquier producto proclive a transformarse en un guiso aderezado con una salsa cremosa y especiada, sin que se definan las especias o si es carne, pescado o verdura, englobando infinitas posibilidades.
Habitualmente, el curry que encontramos en las estanterías de especias de los supermercados, contiene una mezcla de comino, cilantro, nuez moscada, pimienta y cúrcuma, que es la que se encarga de darle el característico color amarillento.
Por tanto, el pollo al curry puede interpretarse libremente, aunque si queremos importar los sabores de la India, es preciso que integre, entre otras cosas, leche de coco, que cada vez suele ser más habitual en los supermercados y si no, siempre podemos comprarla online.
El resto de aderezos quedan un poco a merced de nuestro especiero, no siendo imprescindible comprar ninguna en específico, pero sí recomiendo hacernos con citronela, conocida a veces como lemon grass.
Ingredientes:
Contramuslos de pollo deshuesados 4 unidades
Tomate natural triturado 50 g.
Cardamomo negro 4 unidades - Comprar
Pasta de jengibre 1 cucharadita - Comprar
Leche de coco 150 ml. - Comprar
Cilantro en polvo 1 cucharadita - Comprar
Lemon grass 1/2 cucharadita - Comprar
Cebolla morada 1 unidad
Cúrcuma 1 cucharadita - Comprar
Comino 1/2 cucharadita - Comprar
Pimienta negra - Comprar
Ajo 2 unidades
Aceite de oliva virgen extra 40 ml.
Sal
Elaboración:
La lista de ingredientes es extensa, no obstante, os aseguro que el plato cosechará un éxito atronador. Pelaremos y cortaremos la cebolla en trozos bastos, y la introduciremos en el vaso junto a los dientes de ajo pelados y el aceite de oliva, troceándolo durante 5 segundos a velocidad 4. Sofreiremos a 120 ºC o función Varoma, con giro inverso, velocidad cuchara colocando el temporizador en 8 minutos.
Colocaremos la mariposa en las cuchillas y añadiremos el pollo, preferiblemente deshuesado. Hay quienes eliminan también la piel, pero esta es una parte bastante sabrosa, por lo que si no tenemos problemas de colesterol, es mejor dejarla. Seguidamente, salpimentaremos y cocinaremos nuevamente a 120 º, con giro inverso y a velocidad cuchara.
Finalizado el programa, además de las especias, agregaremos el tomate natural triturado y la leche de coco, que puede ser, en caso de que se nos haga demasiado pesada, baja en grasas. Tiene una textura gruesa, como resultado del triturado de la pulpa, conservando la fibra, con un aroma dulzón y penetrante inconfundible. Cocinaremos 16 minutos, función Varoma, giro inverso y velocidad cuchara.
Como perfectamente acompañante a este platillo traído de remotas tierras, os sugiero un arroz basmati o jazmín, que es precisamente la manera que tienen en la India de guarnecer la carne. Contando con 4 personas, pesaremos 300 g. de arroz para un litro de agua. Lavaremos bien el vaso, y verteremos un fino chorro de aceite de oliva, metiendo un ajo y un trozo de cebolla para aromatizarlo.
Programaremos 4 minutos, función Varoma a velocidad 3 y medio. Una vez el ajo esté dorado, verteremos el agua (evitando la de mineralización débil) y sazonaremos, mezclando a velocidad 6 durante 10 segundos. Dispondremos el cestillo en el interior del vaso con el arroz, y le marcaremos el tiempo que marque el distribuidor, que suele ser de unos 20 minutos, función Varoma a velocidad 4.
Removeremos el arroz de manera intermitente para cerciorarnos de que la cocción es uniforme. Serviremos el pollo al curry en la mitad del plato, y en la otra mitad, colocaremos al arroz, culminando con un poco de cilantro fresco picado finamente. A la hora de comerlo, integraremos el arroz en la salsa, combinándolo y convirtiéndolo en un plato completo, con proteínas e hidratos de carbono.
Algunas especias quizá resulten complicadas de conseguir para los que no vivan en una gran ciudad. El cardamomo negro, de sabor ahumado y alcanforado muy intenso, es difícilmente sustituible, pero si fuéramos incapaces de encontrarlo, podríamos reemplazarlo por pimienta de Jamaica. He usado citronela seca o en polvo, dado que su variante fresca es inusual, eso sí, también mucho más agradecida.
En cualquier caso, para facilitar el trabajo, en la lista de ingredientes os he dejado un enlace directo a cada especia pulsando el enlace que pone Comprar por si queréis comprarlas en Amazon, ya que ahí no suele haber problemas para hacernos con todas.
¡Qué aproveche!
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