Como aún queda verano esta receta viene genial con estos calores que llevamos acumulados. Además es una receta que apenas tiene calorías puesto que después de las vacaciones he tenido que decir basta a según que caprichos culinarios. Es lo que tiene cuando vas a Francia una semana y desayunas a diario un croissant de esos tan ricos de mantequilla y una bandeja de pain avec du beurre et de la confiture maison (pan con mantequilla y confitura casera). Pero oye, que lo bien que me quedaba tras el desayuno y lo que disfrutaba comiendolo no me lo quita nadie. Así que a lo que vamos, la receta de hoy viene más que de la imaginación, de la necesidad, que con el calor los helados son el tentempié o postre perfecto y estos están hechos muy "light".
INGREDIENTES (para 8 polos)
(las cantidades pueden variar según el tamaño de vuestros moldes)
Frutos rojos variados - pueden ser frescos, congelados o en conserva - yo utilicé 1 lata de estos últimos en jugo de uva, no en almíbar.
300gr de queso fresco batido 0% M.G.
Estevia líquida para endulzar
Si utilizáis los frutos rojos en conserva, recomiendo retirar la mitad del jugo para que la mezcla no quede muy líquida. Reservamos unos cuantos frutos rojos para ponerlos enteros al final.
En un vaso de batidora ponemos los frutos rojos con la mitad del jugo y el queso batido. Añadimos unas gotitas de estevia para endulzar al gusto y batimos todo. Añadimos los frutos rojos que habíamos reservado a la mezcla, así luego tendremos trocitos de fruta en el helado.
Lo repartimos en los moldes de helados y los metemos al congelador toda la noche.
Et voilà! ¡Ya tenemos con que refrescarnos sin tener remordimientos de conciencia!