INGREDIENTES
Para el bizcocho
- 4 Huevos
- 125 grs. de Harina tamizada
- 125 grs. de Azúcar
Para la Crema Pastelera
- 2 Vasos de Leche
- 4 Yemas de huevo
- 8 cucharadas soperas de azúcar
- 1 cucharada sopera y 1/2 de Harina de Maíz
- 1 cucharada de esencia de vainilla o una vaina de vainilla
Para el Almíbar
- 1/2 vaso de agua
- 1/2 vaso de Azúcar
- Cáscara de limón
- Ron
Para la cobertura
- 1 paquete de Mazapán Blanco.
- Azúcar Glas para decorar
ELABORACION
El primer paso es preparar la crema pastelera para que tenga tiempo de enfriarse y podamos utilizarla con comodidad. Podéis utilizar la receta de crema pastelera que más os guste, yo por supuesto os recomiendo la receta de ACOCINATE, porque con ella SIEMPRE sale bien, podéis ver la receta completa pulsando en el enlace: CREMA PASTELERA.
Una vez que tenemos ya la crema pastelera en la nevera lo mejor es dejar también preparado el almíbar para bañar el bizcocho. Para preparar el almíbar solo tenéis que calentar en un cazo igual cantidad de agua que de azúcar, una cáscara de limón y remover hasta que vaya espesando un poco y adquiriendo un tono tostado. A mí además me gusta añadirle un poco de ron y dejar que se evapore el alcohol, pero podéis hacerlo sin ron o utilizando algún otro licor de vuestro gusto. El almíbar una vez preparado (unos 10 minutos más o menos) deberá perder temperatura para trabajar con él. Recordad que las quemaduras que involucran almíbares o caramelos son las peores en cocina. Nada de probarlo o trabajar con él hasta que haya pasado un ratito y esté tibio.
Para el bizcocho yo me he decantado por un bizcocho tipo genovés, porque es más ligero y se hornea súper rápido. El secreto para que os quede perfecto es batir bien los huevos con el azúcar hasta que doblen su volumen. Con el accesorio batidor de la KitchenAid se tardan entre 5 y 10 minutos a velocidad alta.
Una vez que los huevos hayan doblado su volumen, añadimos el harina tamizada poco a poco con movimientos envolventes, para que no pierda aire la mezcla. La gracia de este tipo de bizcochos es que subirá con las burbujas de aire que se han formado al batir los huevos y el azúcar (porque no lleva levadura), así que tenemos que respetar esas burbujas lo máximo posible.
Horneamos sobre un papel de horno en una bandeja grande a 180º (con el horno precalentado previamente), durante unos 10-15 minutos. Debería quedar una capa de bizcocho de un par de centímetros de grosor. Estará listo enseguida, así que os recomiendo no perder el horno de vista para que no se os queme. En cuanto la superficie esté doradita, podéis pincha con un palillo para aseguraros, pero casi seguro que estará ya listo.
Saca tu bizcocho, retira el papel de horno y déjalo descansar sobre un trapo limpio para que se enfríe. Mientras tanto, vamos a ir amasando el mazapán para estirarlo lo más posible. Debe quedar una capa fina para cubrir toda la superficie del bizcocho y sus laterales.
ATENCION: El mazapán es muy viscoso y NO se trabaja igual que el fondant aunque se parezcan. Para mayor comodidad extiende una capa de papel film transparente sobre tu mesa y estira el mazapán sobre ella con el rodillo. Puedes espolvorear un poco (muy poco) de harina por encima si lo necesitas. El movimiento del rodillo debe ser como el de una apisonadora, nada de arrastrarlo sobre la masa. Hay que hacerlo rodar con suavidad y firmeza hasta que tenga el tamaño deseado.
Podéis por supuesto hacer vuestro propio mazapán, pero también lo venden ya preparado en grandes superficies como White Marzipan ó Masa de Mazapán Cruda.
Montar el pastel es lo divertido. Tenéis que cortar 3 tiras de bizcocho del mismo tamaño para poner una sobre otra.
Bañamos la primera capa de bizcocho en almíbar y sobre ella extendemos una buena cantidad de crema pastelera, tapamos con otra capa de bizcocho y repetimos el proceso hasta que quede como en la foto, es decir, bizcocho-crema-bizcocho-crema-bizcocho.
Extendemos la capa de mazapán por encima del bizcocho ya montado con la crema pastelera. Para facilitar la labor podéis extenderlo con el papel film transparente que habíamos puesto al principio sobre la mesa y después retirarlo. Ajustamos los bordes, retirando con un cuchillo el sobrante de los laterales y en los extremos lo doblamos sobre sí mismo como si fuera un paquete.
Espolvoreamos azúcar glas por encima. Yo, no tengo costumbre de comprar el azúcar glas, simplemente muelo un par de cucharadas de azúcar blanquilla en el molinillo de café y las tamizo con un colador.
Con un palillo chino, o de brocheta marcamos las líneas como en la foto y después caramelizamos un poco las líneas con un soplete. Si tienes un quemador alargado también puedes hacerlo directamente con él.