El agua es uno de los elementos esenciales para la salud del ser humano. Se ha comprobado, que una persona que esté sin beber agua durante unos días puede llegar a morir, y ya que nuestro organismo pierde entorno a dos litros de agua diaria a través de la orina,sudor, respiración, esa cantidad, debe ser recuperada en las mismas proporciones.
¿Pero cómo sabemos que calidad de agua hay en nuestra provincia? La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) realiza informes todos los años, con el fin de controlar y determinar dónde se encuentra la mejor agua que sale de nuestro grifo.
¿Qué ciudades tienen una buena calidad del agua?
Según este estudio, la Comunidad de Madrid es una de las afortunada, y se encuentra entre las ciudades en donde el agua tiene una mayor calidad, por detrás de Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián y Burgos. Esta última, la mejor del país gracias a su baja mineralización y ausencia de cal.
El agua de Madrid
El suministro que gestiona el Canal de Isabel II procede de los ríos Jarama, Lozoya, Manzanares, Guadarrama, Guadalix, Tajo, etc, conocidos desde siempre por la pureza de sus aguas.
Además, estas aguas son tratadas en las trece potabilizadoras que abastecen la región, la de mayor capacidad es la de Colmenar, que permite tratar 16 metros cúbicos de agua por segundo. El Canal de Isabel II mantiene un estricto programa de vigilancia del agua y el tratamiento se realiza a través de una serie de procesos encadenados entre los que destacan:
Preoxidación: eliminación de materias que puedan oxidarse
Coagulación y floculación: facilita la agrupación de partículas responsables de la turbidez del agua
Decantación: Las partículas formadas en el proceso anterior se eliminan al dejar el agua en reposo y por el efecto de la gravedad.
Filtración: Se detectan aquellas partículas que no pudieron extraerse anteriormente, pasando el agua por unos filtros.
Neutralización: se ajusta la acidez del agua para evitar que corroa las tuberías.
Desinfección final: se eliminan los microorganismos que hayan podido sobrevivir con cloro y amoniaco, garantizando la calidad del agua durante todo el recorrido de distribución.
Todos estos procesos nos permiten disfrutar de un agua en sin sabor, inocua y en definitiva beneficiosa para nuestro organismo.
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