Para Mateo preparé dos diseños diferentes de galletas, y os voy a mostrar y explicar cómo hice las primeras, para sus invitados adultos. Sus padres querían unas galletas 100% comunión, así que opté por los motivos clásicos de los recordatorios de toda la vida: el pan y el vino.
Para empezar, empleé un cortador redondo festoneado -estos cortadores me encantan-. Con ayuda de un cortador redondo algo más pequeño, tracé con un lápiz un círculo perfectamente centrado, y cubrí el fondo de la galleta. OJO AL TRUCO: necesitamos una superficie perfecta para poder aerografiarla después, y el secreto para esto es tener el icing de la calidad y consistencia perfectas.
Tras un día entero secándose, pasé a la segunda fase: decorar el fondo o background. Para ello utilicé lo siguiente:
-Mi fantástico aerógrafo
-Colorante para aerógrafo con brillo color perla -la marca ni sé cual es, el primero que encontré-
-Vodka blanco para diluir con el colorante y que el color fluya correctamente
-Un cuentagotas made in China que compré por recomendación de Sugarbelle y nunca agradeceré lo suficiente
-El stencil es el Sunburst de The Cookie Countess, y el maravilloso marco rosa es mi amado Stencil Genie de LC Sweets -ahora se puede encontrar otro similar y muy completo en España, lo vende Lydia de Mis recetas más dulces-.
Fui añadiendo la misma cantidad de gotas de color que de vodka, mezclando bien y aerografiando con mucho cuidado. OJO AL TRUCO: hay que lavar y secar el stencil cada vez, como máximo cada dos galletas, lo cual es muy latoso pero es la única forma de garantizar un aerografiado de calidad con unos bordes limpios.
La tercera fase fue trazar la figura central de la galleta, el cáliz. Para ello hice mi propia plantilla dibujando el modelo en un papelito, lo recorté y lo usé para trazar mis guías con ayuda de un lápiz no tóxico.
Y a partir de ahí ya comencé a decorar con el icing:
-El cáliz con icing color carne de consistencia espesa –icing 20 segundos- para que tenga volumen
-Luego las uvas con icing morado espeso -20 segundos- y las hojas en color verde
-El trigo, con icing amarillento espeso -20 segundos- y la forma con icing blanco
-Y finalmente los bordecitos de blanco con la consistencia madre -es el mismo que utilicé para hacer los círculos del background de las galletas-.
Así que el punto fundamental es, como siempre, acertar con la consistencia del icing para que el fondo quede perfectamente regular y consigamos un el volumen que deseamos.
Creo que a Mateo le gustaron bastante, aunque no sé si al final las probó en un día tan lleno de emociones para él.
Desde aquí mando un beso enorme a mi precioso y mayorcísimo sobrino, más majo que las pesetas y más dulce que las galletas.