Además, me encanta el pimiento asado y una salsa elaborada con pimientos asados es el acompañamiento perfecto para este pudding.
¿Me acompañas a la cocina? Pues vamos a ponernos el delantal y a coger los ingredientes que vamos a necesitar para elaborar esta receta para cuatro personas:
Para el pudding:
8 puerros
5 huevos
400 g de vino blanco
400 g de vino tinto
250 g de caldo de verduras
150 g de nata (crema de leche)
pan rallado
100 g de mantequilla
Para la salsa de pimiento:
30 g de mantequilla
30 g de harina
300 g de leche
nuez moscada
sal
pimienta
2 pimientos rojos asados
Para los pimientos asados:
2 pimientos
aceite de oliva virgen extra
sal
Tanto la leche como la nata (crema de leche) y la mantequilla que vamos a utilizar serán sin lactosa. La mantequilla se puede sustituir por aceite de oliva virgen extra. La leche tiene que estar templada a la hora de incorporarla al roux.
Si no tenemos pimientos podemos utilizar pimientos asados en conserva que además nos ahorrará tiempo.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es asar los pimientos para posterior mente elaborar la salsa. Para ello, precalentamos el horno a 200ºC. A continuación, lavamos y secamos bien los pimientos. Rociamos con un chorreoncito de aceite y sal. Horneamos durante 25 a 35 minutos a una altura media alta, dándoles la vuelta a mitad de la cocción. Sacamos del horno y, una vez estén fríos, les quitamos la piel, reservamos un poco de pimiento para decorar y el resto lo trituramos.
Ahora nos vamos a poner con el pudding. Y lo primero que vamos a hacer es preparar el molde donde hornearemos el pudding. Podemos optar por un molde grande rectangular o por moldes pequeños individuales. Una vez elegido el molde o moldes, los engrasamos con mantequilla y repartimos un poco de pan rallado por todo el molde o moldes.
En un cazo vertemos los dos vinos y dejamos reducir durante 1 hora o hasta que queden 100 gramos de la mezcla.
Vertemos el caldo de verduras en otro cazo que ponemos al fuego y dejamos reducir hasta que queden 50 gramos.
Lavamos y secamos muy bien los puerros y los cortamos en juliana.
Introducimos la mantequilla y el aceite en una sartén que ponemos al fuego. Cuando la mantequilla esté derretida agregamos el puerro y rehogamos.
Cuando los puerros estén hechos, los apartamos del fuego y reservamos.
Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Colocamos una bandeja de horno a una altura media alta. Colocamos una bandeja en la que quepa el molde o moldes que hemos elegido y la llenamos con dos dedos de agua.
Cascamos los huevos y los introducimos en un bol. Batimos e incorporamos la nata (crema de leche), las reducciones, la sal, la pimienta y los puerros.
Vertemos la mezcla en el molde o moldes y tapamos con papel de plata. Llevamos al horno, introducimos el molde o los moldes en la bandeja con agua y lo dejamos que se haga el pudding al baño María durante 35 minutos si son recipientes pequeños y durante 1 hora si es un recipiente grande.
Mientras el pudding se está haciendo, nos ponemos con la salsa de pimientos. Para ello, derretimos la mantequilla en un cazo y añadimos la harina. Mezclamos con unas varillas y dejamos que se tueste. Incorporamos poco a poco la leche templada, sin dejar de remover con las varillas. Añadimos las especias y dejamos al fuego hasta que adquiera la consistencia deseada sin dejar de batir con las varillas.
Apartamos del fuego y agregamos el puré de pimientos. Mezclamos hasta que quede bien integrado. Es el momento de probarlo y rectificar si fuera necesario con un poco más de nuez moscada, sal o pimienta. Reservamos.
Presentación:
Pintamos con una brocha el plato llano que hemos elegido para servir. Colocamos en el centro el pudding, rociamos con un poco de salsa y decoramos con uno poco de pimiento y hojas de perejil.
Otra forma de presentarlo es en un plato redondo, cubrimos la base con la salsa, colocamos el pudding en el centro, rociamos con un poco de salsa y decoramos con uno poco de pimiento y hojas de perejil.
¿Qué te ha parecido la propuesta de hoy? ¿Habías probado el pudding de puerros antes?
Para mí, se trata de un plato delicado con unos sabores que te conquistarán. Además, es una elaboración que te puedes llevar para comer en el exterior, por ejemplo, para ir de picnic.
Bon appétit!