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En realidad, esta bolsa – llamada popularmente “salsa” – es el bazo de la sepia.
Es muy fácil de reconocer porque es de color marrón claro y se encuentra al lado de la tinta.
Si la sepia es congelada, no suele llevarla.
Esta “salsa”, puedes congelarla, para utilizarla en otro momento. Por ejemplo, si la sepia la has comprado para hacer a la plancha. Como en este caso no la vas a utilizar, pues la congelas y punto.
Para usarla, córtala directamente sobre el sofrito (casi al final de éste) o bien, saca su contenido, ponlo en un vaso y dilúyelo con un poco de agua o caldo y después, viértelo sobre el guiso.
Yo prefiero hacerlo de la primera manera, asi no ensucio nada más.
Ya sabes, a partir de ahora, siempre que compres sepia fresca, pide a tu pescadero que saque la “salsa” de la sepia y te la guarde. ¡Notarás la diferencia cuando prepares platos con este ingrediente!
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