Planificar la semana
Una manera de no perder tiempo cocinando es con una planificación adecuada de toda la semana. Así comeremos de forma variada y sana. Es necesaria una organización en casa y fuera, de lo contrario, nos alimentaremos mal, especialmente con grasas y azúcares.
Coger las sobras
Una idea de comer bien en la oficina es aprovechar las sobras de las cenas. Y con ello, hacer pasta, ensaladas y muchos otros. A veces basta con calentar y ya está, pero a fin de no repetir lo de la noche anterior, siempre podemos añadir hortalizas, verduras o bien pasta para que sea algo distinto.
Mejor plato único
El almuerzo debe ser algo no demasiado contundente. Igual que la cena, de manera que es factible hacer un plato único: una gran ensalada, lentejas con verduras, pescado con arroz y así no hace falta cocinar más de lo debido.
Comer cinco veces al día
O seis según se mire. Empezamos por un desayuno muy abundante para comer un tentempié a media mañana y luego hacer la comida central. Por la tarde, la merienda, donde o bien estamos en la oficina o bien ya hemos ido a casa, y finalmente la cena mucho más ligera. De esta manera, comeremos más veces, pero en menor cantidad y dejaremos de lado los atracones.
Fuera fritos y procesados
Comer bien y sano no es complicado aunque estemos fuera de casa. Un buen pescado distinto cada día, carnes blancas y hortalizas o verduras son suficientes para que no caigamos en las tentaciones. No está de más un día a la semana tomar ternera, pero dejaremos de lado los fritos, las grasas y los procesados.
Comer despacio
Dependiendo del tiempo que tengamos para comer en la oficina, no debemos olvidarnos de hacerlo de forma despacio y mucho más pausada. Cuando masticamos despacio hacemos la digestión mucho mejor y no nos sentimos pesados. Debemos recordar que todavía nos quedan unas horas en la oficina.