Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?La mía sin tiempo para nada, para variar desde que ha empezado el curso.
Además esta semana han sido las jornadas de magia en Vitoria. Una semana donde hay un montón de actuaciones y actividades.
Yo normalmente voy solo a las galas, a las actuaciones por la calle no puedo porque estoy en la tienda. Pero eso ha significado que he estado todo el fin de semana de un lado para otro así que necesito otro fin de semana para recuperarme y hacer todo lo que tenía pendiente antes de empezar la semana, de hecho esta entrada la estoy escribiendo mientras espero que mi padre salga de una conferencia para irnos a comer. Estos días son muy graciosos, prácticamente no hay chicas y encima prácticamente todo el mundo me conoce desde que era un bebe.
Si la semana pasada os enseñaba una receta clásica hoy os traigo otra, también del libro de Xavier Barriga, y que también es la que hacemos en clase. El brioche se puede presentar de muchas maneras, en bollitos individuales, en moldes o en trenzas como os enseño hoy. El brioche además es muy versátil porque puedes preparar muchas recetas diferentes con el y hacer cambios para que tenga diferentes sabores y presentaciones. Y lo mejor de todo es que es muy fácil de hacer, tanto con una amasadora como a mano. Eso sí tenéis que tener en cuenta que al ser un bollo está mejor el primer día y que luego se va quedando más seco.
Ingredientes
250 g de harina fuerte
2 huevos
50 g de azúcar
50 g de mantequilla
60 ml de agua
20 g de levadura fresca
Ralladura de limón y naranja
10 g de sal
En un bol mezclamos la harina, el azúcar, la sal, el agua y los huevos.
A medio amasado añadimos la levadura desmenuzada.
Amasamos hasta que se haya formado el gluten. Sabemos que se ha formado cuando cogemos una porción, hacemos una bolita y estiramos hasta ver que se ha formado una especie de telilla.
Añadimos la mantequilla en trocitos pomada y amasamos hasta que se haya integrado.
Ponemos en un bol engrasado, tapamos con un trapo y dejamos reposar hasta que haya doblado el volumen. Esto dependerá del calor y la humedad que haga en vuestra casa, pero más o menos 1 hora o 2.
Dividimos en porciones y hacemos las trenzas.
Ponemos en una bandeja de horno bien separadas, volvemos a tapar con un trapo y dejamos que fermenten hasta que hayan doblado de volumen.
Precalentamos el horno a 180º.
Pintamos con un huevo y espolvoreamos almendra en cubitos.
Horneamos unos 20-30 minutos. El tiempo, como siempre, dependerá del tamaño de vuestras trenzas.
A la hora de hacer los churros es importante coger porciones más o menos iguales y que al estirarlas queden del mismo grosor, sino os pasaran cosas como esta.
Feliz semana :)