Hoy toca cocina fusión y se me ha ocurrido combinar un clásico mexicano con un relleno muy castellano, un delicioso pisto manchego casero y un excelente queso artesano de oveja cortesía de mi amiga Mins y sus papis, a quienes dedico esta receta =) El queso está de fábula y, si os pasáis por Calzada de Calatrava, en Ciudad Real, y queréis comprar un buen manchego, buscad a Raimundo Jesús Espinosa González. El invento ha sido todo un éxito y lo repetiremos pronto ^^ Para 2 personas si es plato único o para compartir entre varios de picoteo:
4 tortillas mexicanas pequeñas de maíz (2 si son grandes)
Unos 120 g de un buen queso manchego
Opcional: 1 puñadito de queso rallado suave (p.ej. mozzarella) para que el sabor protagonista sea el del Manchego
Romero seco
Pisto manchego:
50 g de cebolla
400 g de pimiento rojo y verde
150 g de calabacín
300 g (= 3dl) de tomate triturado
1/2 cucharadita de semillas de comino
1/2 cucharadita de pimentón dulce
Una pizca de azúcar
Sal y pimienta negra
Aceite de oliva
La preparación:
1. Antes que nada vamos a preparar nuestro pisto casero. Calentamos un chorrito de aceite en la sartén con un pellizco de sal gruesa y sofreímos a fuego medio-alto la cebolla picada. La sal hará que la cebolla sude.
2. Cuando la cebolla esté tierna, añadimos el pimiento rojo y el verde lavados, troceados a daditos y sin semillas. Tapamos para que se cocine más rápido con ayuda del vapor y les damos unos 4 minutos a fuego medio-alto para que se ablanden un poco.
3. Entonces añadimos el calabacín (con piel) también cortado a daditos, añadimos sal, pimienta y el comino, volvemos a tapar y dejamos que sofría a fuego lento durante 20-25 minutos. Le damos una vuelta de vez en cuando.
4. Pasado ese tiempo, el sofrito desprenderá un delicioso pero discreto aroma a comino al levantar la tapa. Ahora añadimos el pimentón dulce y le vamos un par de vueltas para que se mezcle con las verduras. No lo echamos antes porque se quema con facilidad y nos amargaría el plato. Entonces vertemos el tomate triturado en la sartén con media o una cucharadita de azúcar para corregir de acidez.
5. Subimos el fuego a medio-alto y dejamos que sofría sin tapar durante otros 8 minutos. Esta vez no tapamos porque queremos que se evapore el exceso de líquido y se nos quede un pisto denso, no líquido. Cuando esté listo, retiramos del fuego y reservamos.
6. Ahora tomamos una tortilla, cubrimos la mitad con pisto y sobre éste distribuimos trozos de queso manchego. Espolvoreamos con el romero seco. No hace falta nada más, pero si tenemos un puñadito de queso rallado de sabor suave, nos servirá de "pegamento" cuando se funda; es opcional. Doblamos sobre la parte donde tenemos los ingredientes.
7. En una sartén caliente vamos a cocinar las quesadillas a fuego medio-alto durante 3-4 minutos por cada lado. Recomiendo poner antes de cocinar cada quesadilla un mínimo de aceite en la sartén con ayuda de un spray de cocina.
8. Ya sólo nos queda cortarlas en cuartos o en tercios y servir. En un cuenquecito servimos también el pisto que nos haya sobrado.
¡Buen provecho!
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Bergua*