Tengo invitados y no tengo ganas de complicarme la vida cocinando. Gran dilema. Y encima son invitados tiquismiquis, de esos que le buscan tres pies al gato. Creo que una quiche me sacará del apuro. Puedo improvisar una cena con los cuatro ingredientes que sé seguro que tengo en casa, porque a estas horas me da palo salir a comprar. Las quiches –hemos hecho ya cuatro en el blog y las podéis consultar en el apartado de “La A a la Z”- son tartas saladas fáciles de hacer. La clásica es la Quiche Lorraine pero podéis hacerla de cualquier otra cosa, verduras, marisco o ésta de calabacín, cebolla y bacon con su inseparable queso. Seguro que acierto.
RECETA
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INGREDIENTES
1 plancha de masa brisa
2 calabacines (500 g)
1/2 cebolla
100 g de bacon
3 huevos
200 g de nata (crema de leche)
1 cucharada de queso rallado
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen extra
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PREPARACIÓN
Echar un chorrito de aceite en una sartén, cuando esté caliente añadir la cebolla cortada en láminas finas y dejar rehogar unos minutos. Echar el bacon troceado y dejar unos minutos hasta que se dore.
Lavar y secar los calabacines, cortarlos en rodajas no muy gruesas sin quitar la piel.
Añadir a la sartén, salpimentar y dejar a fuego suave hasta que el calabacín esté al dente.
En un bol batir los huevos, añadir la nata (crema de leche) y la cucharada de queso rallado.
En una fuente apta para el horno colocar la masa (si no lo vais a servir en esa fuente dejar el papel de la masa por debajo para poderla desmoldar fácilmente) . Echar la mezcla de calabacín, cebolla y bacon. Añadir por encima los huevos batidos con la nata (crema de leche) y meter en el horno precalentado a 180º con aire durante 35 minutos (siempre dependiendo del horno). Si veis que no está acabada de cuajar y se dora demasiado, podéis bajar la temperatura del horno o poner un trozo de papel de aluminio por encima.