Para preparar esta salsa, los ingredientes que necesitarás son los siguientes:
200 ml de nata (crema de leche) para montar
100 g de queso viejo
1/4 de conejo asado o a la plancha
1 diente de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
400 g de pasta larga
Perejil picado (opcional)
Empezamos poniendo a calentar la nata (crema de leche) en una cacerola a fuero lento. Separamos la carne del conejo y la picamos. Pelamos y picamos el diente de ajo. Ponemos un poco de aceite de oliva en una sartén y salteamos el conejo con el ajo picado. Lo reservamos cuando el ajo esté dorado.
Picamos el queso todo lo pequeño que podamos, y cuando la nata (crema de leche) empiece a calentarse lo añadimos, removiendo continuamente con unas varillas, hasta que el queso se funda bien y se integre en la nata (crema de leche). Hay que ser paciente, pero no conviene subir el fuego para ganar tiempo.
Cuando esté bien mezclado añadimos el conejo salteado y removemos bien a fuego lento para que todos los sabores se unan.
Ponemos a cocer la pasta en abundante agua con una pizca de sal. La dejamos al punto que más nos guste, mientras mantenemos caliente la salsa, removiendo para que no se cuaje.
Escurrimos bien la pasta, la servimos en platos y colocamos la salsa por encima, espolvoreando con un poco de perejil picado si queremos.
El resultado es una salsa con los matices del queso y el conejo, pero sin que ninguno de los sabores destaque por encima de otro.