500 g de pasta
125 g de mantequilla
120 g de queso parmesano
500 ml de nata (crema de leche) líquida
1 pizca de pimienta negra
1 puñado de perejil picado
Sal
Cuece la pasta con agua hasta que esté al dente. Escurre y reserva.
En un cazo a fuego suave pon la mantequilla junto con la nata (crema de leche). Remueve constantemente y deja calentar lentamente sin que llegue a hervir, durante 5-6 minutos.
Añade una pizca de sal, de pimienta negra y el perejil picado muy fino.
Ralla el queso parmesano y añádelo. Espera a que se funda mientras mueves constantemente para que se vaya integrando bien y espese la salsa.
Cubre la pasta ya cocida y escurrida, con la salsa. La salsa debe cubrir por completo la pasta.
Acompaña con más queso parmesano rallado y albahaca fresca.