600 g de solomillo de cerdo
100 g de queso roquefort
200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
1 cucharada de harina de trigo
Aceite de oliva
Pimienta negra
Sal
Empieza a elaborar la salsa, echando la nata (crema de leche) en un cazo y pon a fuego lento. Ve incorporando el queso en trocitos para que se derrita a fuego lento, con cuidado de que no se queme. Retira del fuego.
Cuando veas que el queso está derretido y no hay tropezones añade la cucharada de harina y vuelve a poner al fuego para que no quede cruda. Remueve y sala al gusto. Retira del fuego y reserva.
Limpia bien el solomillo y quítales la grasa que pueda tener y corta en medallones.
Salpimenta los medallones y pasa por la plancha con un chorrito de aceite a fuego medio. Fríe al gusto, aunque lo recomendable es dejarla un poco rosa por el centro.
Coloca los medallones en el plato y baña con la salsa roquefort. Puedes acompañar con patatas fritas.