RECETA DE SOLOMILLO DE CERDO AL ROQUEFORT
Ya os he contado en otras ocasiones que yo soy más de carne que de pescado; no porque no me guste, sino porque no me sacia. Por lo que en esta ocasión, al tratarse de medallones de cerdo en salsa, no me va a dar con uno solo. ¡Ja, ja, ja! A sabiendas de eso, me he servido un par de trozos y están de escándalo.
Os recomiendo que os animéis a preparar también esta crema de langostinos o crema de mariscos y estos langostinos o gambas a la gabardina. Y ahora, vamos allá, amigos, ¡al lío!
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Ingredientes
Para 6 personas.• 2 solomillos de cerdo.
• 400 ml de nata (crema de leche) líquida al 20 % de materia grasa.
• 150 g de queso roquefort o el que más os guste.
• Sal.
• Pimienta negra molida.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Cebollino fresco, opcional para decorar.
RECETA DE SOLOMILLO DE CERDO AL ROQUEFORT PASO A PASO
CÓMO HACER LA RECETA DE SOLOMILLO DE CERDO AL ROQUEFORT
Comenzamos con nuestra receta de solomillo de cerdo al roquefort.
Colocamos todos los ingredientes en nuestra mesa de trabajo, que no nos falte ninguno.
Cogemos los solomillos y los cortamos en rodajas de unos 2 cm de grosor.
Luego, salpimentamos al gusto la carne por ambos lados, todos nuestros medallones, para hacer los solomillos de cerdo al roquefort con nata (crema de leche).
Ponemos una sartén al fuego con aceite de oliva virgen e introducimos los medallones.
Los marcamos, manteniéndolos en el fuego unos 2 o 3 minutos por cada lado. El tiempo varía dependiendo del grosor de los medallones.
Nos tienen que quedar jugosos por dentro y dorados por fuera, aunque esto depende de gustos.
Cuando estén listos, los sacamos y reservamos para nuestra receta fácil de solomillo en salsa de queso.
Ahora usamos la misma sartén para la salsa, así aprovecharemos los jugos de la carne.
Vertemos la nata (crema de leche) con un 20 % de materia grasa y vamos añadiendo el queso roquefort troceado.
Si no sois amigos del roquefort, podéis cambiarlo por otro queso que os guste.
Removemos hasta que estén todos los ingredientes bien integrados, probamos y añadimos sal si hiciera falta.
Recordad que el roquefort es salado, por eso es mejor esperar a que se haya fundido bien y probar para no pasarnos aderezando.
Mantenemos al fuego hasta que la salsa espese un poco. Debe adquirir algo de consistencia.
Una vez en su punto, regamos nuestros medallones con la salsa y picamos cebollino fresco para ponérselo por encima (esto es opcional).
La sobrante la pondremos en una salsera para que se sirvan aquellas personas que quieran más.
Dejamos en la mesa una barra pan para mojar y a disfrutar de esta delicia de medallones en salsa de roquefort.