¡Ay los helados! Ese placer del verano que tanto nos gusta y tantos remordimientos nos crea... Pocas cosas hay más refrescantes que un buen helado, pero también es cierto que si contamos las calorías...
Sin embargo, hay un montón de recetas sencillas, deliciosas y más saludables que los helados que habitualmente compramos por ahí. Por eso, hoy os propongo dos recetas de helado de yogur que, además de estar para chuparse los dedos, son facilísimas de hacer, así podemos darnos ese capricho refrescante sabiendo que estamos comiendo algo más natural y saludable ;)
Helado de yogur y mermelada
Esta receta taaaaan fácil que lo único que debéis tener en cuenta es el tiempo de congelado. Para hacerlo sólo necesitaréis dos o tres ingredientes y una polera:
Mermelada de vuestro sabor favorito.
Yogur griego natural azucarado.
Sirope de caramelo, chocolate o fresa.
Lo primero que haremos será poner una cucharadita de mermelada en la parte inferior del recipiente. En mi caso he elegido una mermelada de melocotón sin azúcares refinados, aunque la de fresa resulta más que tentadora...
A continuación añadimos el yogur hasta llegar casi al borde del molde. Luego volvemos a añadir más mermelada hasta rellenar toda la polera y, antes de cerrarla revolvemos esa mermelada que acabamos de añadir con el yogur, para que se integre y le dé un apetitoso colorcillo.
Ahora sólo nos queda meter los polos en el congelador durante unas horas ¡y listo! Ya tenemos nuestros helados de yogur y mermelada preparados para desmoldar y zampar.
¡Ah! Se me olvidaba, si este helado todavía no os parece lo suficientemente goloso podéis añadirle sirope de caramelo, como en la foto, o de chocolate o de fresa o lo que más os guste. ;)
Helado de yogur y toppings
Si la primera receta era fácil ésta todavía lo es mucho más. Además, lo bueno es que puedes personalizarlo todo lo que quieras con los ingredientes que más te gustan.
En este caso, he utilizado un yogur de melocotón y maracuyá de medio kilo para hacer dos helados muy completos, pero como os digo podéis hacerlo con el que más os guste. Por otro lado, he añadido los siguientes toppings:
Piña.
Cereales rellenos de cacao.
Crema de cacao y avellanas (receta casera aquí).
Lo primero que haremos es meter durante un par de horas el yogur en el congelador para que coja consistencia de helado, aunque sin llegar a congelarse completamente (no queremos que se ponga duro).
Una vez pasadas estas dos horas lo sacamos del congelador, lo echamos en un bol y ya sólo nos queda añadir los toppings que hayamos elegido. Para ello he cortado la piña en trocitos, he añadido los cereales y he calentado un poco la crema de cacao al baño María para que su textura quedara más líquida, como la de una cobertura de chocolate. Aunque yo he utilizado una comprada, lo cierto es que con la receta de crema de cacao y avellanas que os enseñaba aquí está igual o más sabrosa.
Y ¡voilá! Ya tenemos nuestro helado listo para comer, además no me digáis que su presentación no es espectacular ;)
Otra opción que me encanta para esta receta es utilizar un yogur natural edulcorado y añadir fresas, kiwis, nubecitas de golosina y sirope de fresa, aunque como os decía admite todos los toppings que os podáis imaginar y el sabor del yogur que más os guste.
¿Qué os parecen estas recetas de helado de yogur? Fáciles, ¿verdad? Espero que las probéis y disfrutéis del verano y de estos helados caseros que, además están deliciosos.
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