Este es una versión del risotto de salmón ahumado, que es el más solicitado en casa. Lo que ocurre (y yo le entiendo) es que cocinar siempre el mismo plato, de la misma forma, aburre; así que él se va reinventando. No dejéis de probarlo porque está muy muy rico, os va a sorprender.
Receta de risotto de pulpo
1 litro y medio de caldo de pescado (podéis comprarlo hecho o, mucho mejor, hacerlo en casa. Podéis ver cómo pinchando aquí)
125 gr. de mantequilla
1 cebolla mediana
1 diente de ajo
1/2 vaso de vino blanco
300 gr. de arroz
50 gr. de queso rallado
100 gr. de salmón ahumado
300 gr. de pulpo. En esta ocasión hemos comprado uno que viene ya cocido y congelado.
Calentamos el caldo. Debe permanecer caliente, justo por debajo del punto de ebullición durante toda la preparación de la receta, así que lo mantendremos en una olla en el fuego y, justo antes de que arranque a hervir, bajaremos la temperatura dejándolo que siga a fuego medio sin que se nos enfríe.
Picamos la cebolla y el ajo muy fino; nosotros lo hacemos siempre con la picadora para no encontrar trozos... manías.
Ponemos al fuego una olla de fondo grueso y derretimos en ella la mitad de la mantequilla. Sofreímos en ella la cebolla y el ajo y, cuando comience a transparentar, añadimos el arroz y removemos bien para que se impregne de la mantequilla.
Incorporamos el pulpo troceado, damos unas vueltas y añadimos el vino, subiendo el fuego al máximo para que se evapore el alcohol. Dejamos que hierva hasta que el líquido se consuma casi por completo.
Bajamos el fuego dejándolo a fuego medio y añadimos un cazo de caldo caliente, removiendo hasta que el arroz lo absorba del todo.
Una vez absorbido, añadimos otro cazo de caldo caliente, repitiendo este proceso hasta que el arroz esté listo. Es importante mantener el fuego en un punto en el que el arroz no hierba a borbotones, solo lo justo para que el líquido se vaya evaporando.
Este proceso de ir añadiendo el caldo poco a poco, removiendo si es necesario, hasta que el arroz esté cocido, es la característica fundamental del risotto y el puntito que consigue ese aspecto de arroz meloso pero con el grano al dente. Ya sabéis lo que significa "al dente": que el producto (habitualmente la pasta o el arroz, pero también las verduras) están cocidas pero ofrecen una ligera resistencia al diente, de ahí su nombre.
Salpimentamos al gusto y añadimos el resto de la mantequilla y el queso rallado. Removemos para que se integre todo bien y dejamos reposar tapado unos 10 minutos (no más, no se vaya a pasar; tenemos el tiempo justo de poner la mesa y servir los platos)
En el momento de servir, decoramos los platos con salmón ahumado.
Y a vosotros, ¿os gusta el risotto?