A mi es decir otoño y venirme a la cabeza: setas.
Estamos en plena temporada, aunque con lo poco que ha llovido, mal lo llevamos.
Pero bueno, hoy vamos a usar champiñones, que ya se cultivan en cualquier parte con lo que no vais a tener problemas en encontrarlos.
Y a mi me los traen así.
Por cajas.
Así que me pego días ideando recetas para hacer champis variados y por aquí os las voy dejando
Y el otro ingrediente va a ser otro de los que vengo incorporando a mi dieta desde que dejé de tomar gluten, la quinoa.
Esta semilla o pseudocereal (por ser su uso parecido al de los cereales), es otro de los superalimentos de moda últimamente.
Es originaria de los Andes, donde se consumía hace miles de años ya por los Incas que la utilizaban y consideraban sagrada.
Resulta que la quinoa es el único alimento de origen vegetal que tiene todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas, por lo que parece que se trata de uno de los alimentos más completos que existe.
Y es que tiene muchas propiedades nutricionales.
Posee los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano, lo que la convierte en un alimento muy completo y de fácil digestión. Entre ellos se destacan la lisina, importante para el desarrollo del cerebro, y la arginina e histidina, fundamentales para el desarrollo humano durante la infancia.
Además, la quinoa posee un excepcional equilibrio de proteínas, fibra, grasas no saturadas, minerales y carbohidratos (fundamentalmente almidón, pero con la ventaja de no contener gluten como la mayoría de los cereales, por lo que puede ser consumida por celíacos)
Y también es rica en minerales como hierro, calcio y fósforo, y en vitaminas.
Pues con todas estas ventajas y buscando sustitutos al trigo, aquí me hallo experimentado con ella.
Y hoy os dejo con risotto que me ha quedado muy rico. Va a ser que mi mala mano con el arroz no se traslada a la quinoa jajaja…
Vamos allá con la receta.
Ingredientes (para 4 personas):
• 200g de quinoa
• 1/2 cebolla
• 4 dientes de ajo
• 150 g de champiñones
• 450 ml de caldo (podéis usar de verduras o de carne, al gusto, yo he usado el que guardo del puchero)
• 100 ml de vino blanco para guisar
• 30 g de tomates secos (opcional)
• Queso parmesano rallado
• Perejil
• Sal
• Una pizca de jengibre rallado
• 1 cucharadita de cúrcuma
• AOVE (aceite de oliva virgen extra)
Elaboración:
Lavamos la quinoa.
Para ello la ponemos en un colador bajo el grifo durante 3 minutos y la vamos moviendo con una cuchara de madera.
Pelamos y picamos pequeñito el ajo y la cebolla.
Ponemos una cazuela con medio dedo de AOVE.
Sofreímos los ajos, cuando empiecen a dorar añadimos la cebolla y dejamos pochar.
Lavamos bien los champiñones y picamos en cuadraditos.
Los añadimos a la cazuela con el ajo y la cebolla y rehogamos.
Añadimos el perejil, el jengibre y la cúrcuma.
Incorporamos la quinoa, damos un par de vueltas y echamos el vino.
Dejamos evaporar unos 5 minutos.
Vamos incorporando el caldo poco a poco. Echamos un poco, dejamos que se consuma y volvemos a añadir, así en unas tres – cuatro veces.
Llevará unos 30 minutos que esté listo.
En la ultima adición de caldo no dejéis que éste se consuma del todo, añadimos el queso rallado, tapamos y dejamos reposar unos minutos antes de servir.
Listo y ¡a disfrutar!