Pero no la única realidad
La otra realidad era saber que iban a por él y que no pararían hasta que pagara lo que le debía a aquel hombre
¡Qué ingenuo había sido! Nadie da duros a cuatro pesetas
Su trabajo le llevaba a conocer a muchos hombres de negocio
Después de cerrar un trato importante, querían relajarse y disfrutar, lejos de sus familias, en una ciudad donde nadie los conocían
Todos tenían sus preferencia
Él era el encargado de conseguir lo que le pidieran. Hacía las llamadas oportunas, les llevaba a los mejores restaurantes, a lugares de ocio exclusivos. Cualquier cosa que aquellos hombres con mucho dinero y poder, quisieran
Les acompañaba en las cenas, les conseguían lo que querían y después se retiraba silenciosamente
Aquel había sido su error, no retirarse a tiempo
Ya se había dado cuenta en las negociaciones, que aquel tipo inspiraba algo más que respeto a sus jefes, más bien miedo
Demasiado campechano, demasiadas medidas de seguridad, demasiado dinero en juego
El rato se cerró y todos respiraron aliviados por perderlo de vista
A él le quedaba el último trámite: un buen restaurante y lo que quisiera después
No recordaba si fue la familiaridad con el que hablaron, la buena comida, los vinos
No quiere ni acordarse. Aquello no acabó en el restaurante
La debilidad de aquel hombre "de negocios" era el poker
Casi le obligó a acompañarlo
Pensó que no le supondría gran cosa perder mil o dos mil euros, ganaba un buen sueldo, buenas comisiones. No había problema
¿Cuándo se torció todo?
Nunca antes había jugado al poker a ese nivel. Una cosa era perder cien euros con su cuñado en navidades y otra muy distinta aquello
Cuando el límite de cinco mil euros de su tarjeta de crédito se agotó, se levantó de la mesa con intención de marcharse y dar la noche por concluida
¿Fue aquella mirada o su sonrisa lo que hizo que volviera a sentarse?
Quiere recordar alguna amenaza verbal, algo, pero no hubo nada de nada
Solo la sensación de que no debía contradecir a aquel hombre
Cuando pasaron dos semanas desde aquella noche, recibió una llamada de la amable secretaria de aquel señor, recordándole que hiciera efectivo, lo antes posible, los cincuenta mil euros que debía a su jefe
Pensó que era una broma. Sabía que le había prestado dinero aquella noche, sabía que había estado jugando partida tras partida hasta las nueve de la mañana, pero ¿cincuenta mil euros?
Eso eran palabras mayores
Lo que no se piensa, no existe
Esa había sido la respuesta a aquella situación. Había ignorado el "amable" requerimiento
Su desmayo y posterior crisis de pánico, no era lo único que le podía pasar
Ahora sabía que aquel hombre tenía conexiones con las mafias de medio mundo
Le venían varias imágenes a su cabeza de cómo podía acabar aquello si no pagaba antes que lo encontraran de nuevo y ninguna pasaba por seguir con vida
El dinero no lo tenía, así que lo mismo que están pensando ahora mis finas hierbas, es lo que pensaba él que le ocurriría
Su final ya lo sabía, solo le faltaba saber cuándo y cómo
PD 2ª y última parte del relato que acompaña la receta de TARTA DE PERA Y YOGUR EN OLLA GM D
INGREDIENTES
500 g de carne de ternera picada
12 láminas de masa filo
50 g de pistachos pelados
1 cebolleta
1 calabacín
1 diente de ajo
Media guindilla
1/4 de cucharadita de canela
1/2 cucharadita de comino en polvo
1/2 cucharadita de pimentón
50 g de mantequilla
Sal
Aceite
ELABORACIÓN
Cortar el calabacín en dados pequeños, sin pelar
Cortar en juliana la cebolleta
Picar los pistachos sin romperlos del todo
Derretir la mantequilla
En la cubeta poner un fondo de aceite
Menú Cocina
Rehogar la carne sin acabar de hacer
Añadir el ajo entero sin pelar
Añadir el calabacín y la cebolleta
Remover
Añadir las especias
Salar
Pochar todo bien
Añadir los pistachos
Remover
Cocinar 1-2
Sacar la cubeta de la olla y dejar enfriar por completo
Si ha quedado algo de líquido, colar
Para montar los rollitos
Extender una hoja de masa filo
Pincelar la mitad de la hoja con la mantequilla derretida
Doblar la hoja, quedará como un rectángulo
Colocar 2 cucharadas de carne en una de las puntas más estrechas, dejando un espacio
Cerrar el paquete
Repetir con el resto de rollitos
Pincelar los rollitos con mantequilla derretida
Colocar por tandas en la Cecofry con un círculo de papel horno
20 de tiempo para la primera tanda
Las siguientes tandas solo necesitarán 15
Receta adaptada de Cuuking