Los postres navideños y los dulces tradicionales están presentes en la mesa cada día durante la Navidad acompañando la sobremesa. Pero el dulce más típico para este día es, sin duda alguna, el roscón de Reyes, aunque su origen viene de muchos siglos atrás, siendo bastante desconocido.
Tradicional postre nadiveño
Origen del dulce típico de Navidad para Reyes
La historia de este manjar se remonta nada más y nada menos que al siglo II antes de Cristo, cuando se celebraban las Saturnales en honor a Saturno, el dios de las cosechas y la agricultura. Para homenajearlo, se preparaban unas tortas con dátiles, frutos secos, higos y miel. Además, se ponía dentro una legumbre que representaba un buen año lleno de prosperidad para el que la encontrara.
En Francia, se popularizó esta costumbre entre la aristocracia hasta que un día, el cocinero escondió una moneda de oro en el roscón para sorprender a Luis XV. A partir de este momento, la moneda le quitó su lugar al haba, que pasó a ser la sorpresa desagradable que es hoy en día.
Sin embargo, hay que decir que no fue hasta el siglo XIX cuando el roscón tomó su lugar en la celebración del día de Reyes. En cuanto a las sorpresas, la moneda se acabó sustituyendo por la figura de cerámica que se pone en la actualidad, y el haba permaneció como una sorpresa negativa, ya que la persona a la que le toca tiene que pagar el roscón, quedando esto muy lejos de la prosperidad que auguraba antaño.
¿Cuál es la receta original del roscón de reyes?
Hoy en día, puedes encontrar muchas recetas para el roscón de Reyes, adaptadas a los gustos de cada uno. Sin embargo, el original lleva huevo, harina, leche, levadura, margarina, agua de azahar, azúcar y sal. Aunque se puede añadir algún ingrediente extra para aromatizar como el anís o incluso el ron.
Para la decoración, se usan frutas confitadas, naranja con piel, ralladura de limón, almendras laminadas y azúcar glas. Una curiosidad: se dice que las frutas confitadas rojas y verdes simbolizan las gemas y esmeraldas que llevaban en su ropa los Reyes Magos.
El roscón tradicional no lleva relleno o lleva nata (crema de leche), aunque han surgido después variantes para todos los gustos y paladares. Algunas de estas llevan rellenos de trufa o crema pastelera, por ejemplo. El caso es que, sea la que sea la preferencia de cada persona, este es un dulce típico de Navidad que no puede faltar en ninguna mesa para cerrar estas fiestas.
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