Nunca pude imaginarme a mi abuela Mª del Carmen, vestida para una “pastorá” tan tipica navideña y tan malagueña, ya que siempre la recuerdo bien con el hábito marrón de la Virgen del Carmen o de negro, luto riguroso a fuerza de perder a sus seres queridos, tan alta, tan seria, pero nos contaba que ella en su juventud, era alegre, juvilosa y le gustaba cantar, algo que contagió a mi madre, a la que siempre recuerdo cantando mientras hacía las tareas del hogar; ellas me transmitieron “sus” canciones populares, ésas que sin darnos cuenta se transmiten de padres a hijos y que paulatinamente se van perdiendo.
Las “pastorales” es una de las mayores tradiciones musicales de la provincia malagueña, esos grupos de personas que se reunían, según me contaba mi abuela, cantando de casa en casa villancicos mientras se acompañaban con los tipicos sonidos de las colleras de campanillas, zambombas, panderos, almireces, la clásica botella de anís, los palillos u otros instrumentos caseros adornados con cintas de colores....y todos los componentes vestidos con trajes tipicos malagueños, muchos de ellos marengos. Una tradición que se conserva hasta el dia de hoy.
En las reuniones familiares, mis mayores me entretenian con sus historias y canciones antiguas, ésa literatura oral que aprendí de pequeña y aún recuerdo.
Quizás mi familia materna llegó a la barriada marinera de El Palo, donde nací, desde La Axarquia malagueña, donde en uno de sus pueblos con mayor arraigo pastoril, Macharaviaya, lugar donde nació el insigne escritor y poeta Salvador Rueda ( Macharaviaya (caserío de Benaque), Málaga, 3 de Diciembre de 1857 - Málaga, 1 de Abril de 1933); éste escritor de formación autodidacta, perteneciente a la llamada Generación del 98, considerado el primer poeta modernista de nuestro país, enormemente admirado en los países hispanoamericanos, sobre todo en Cuba, en 1910 fue coronado con laurel en el Gran Teatro de la Habana.
Para celebrar el nacimiento del escritor malagueño, la pedanía Benaque en Macharaviaya, celebra el Certamen de Pastorales y Fiestas en Honor de Salvador Rueda en la antigua mezquita, hoy Iglesia Parroquial, en los primeros días de Diciembre, donde algunas de las creaciones de la Pastoral de Benaque están dedicadas al poeta.
Curiosamente, una de las canciones que cantaba mi abuela en Navidad, aunque no es muy navideña que digamos, tiene su origen en La Habana, en 1870, cuenta y cantan que un soldado español destinado en Cuba, un Domingo, en obligatoria misa con su batallón, jugaba a los naipes, fúe juzgado por ello y absuelto cuando contó el motivo de su distracción...... igual fue verídica.
Esta en concreto la cantaban en Navidad, aún me pregunto por qué, ya que no me parece adecuada para las fechas. Era en las lánguidas tardes de invierno cuando mi abuela y mi madre cantaban ésas canciones antiguas, mientras cosían o cocinaban: borrachuelos, castañas, batatas, roscos de vino y de anis y entonaban al unisono canciones que yo aprendía y que recuerdo con nostalgia.
La canción del soldado:
Estando un soldado en misa con los naipes entretenido
se le ha acercado el sargento, se ha hecho el desentendido
Supuesto que Vd.me riñe, también me quiere pegar
la baraja de los naipes, yo se la voy a enseñar.
“Pá” darle principio al juego yo considero en el As
a un solo Dios inmenso que sin El no “pué” haber “ná”
En el dos yo considero que es la carta más hermosa
La Santa Pasión de Cristo, afligida y dolorosa........
Así se va comparando toda la baraja de naipes, con detalles y misterios cristianos, con una música pegadiza y repetitiva, hasta que mi abuela al final añadía: “Pum, pum que tiroteo, pum, pum que cañonazo, pum, pum.........” Era una estrofa que tendría que ver con la primera guerra Carlista, guerra civil que se desarrolló en nuestro pais entre 1833 y 1840 ¡¡ Qué cosas tenía mi abuela !!
Y entre canción y canción, puntá y puntá, roscos de vino moscatel van (fue la receta anterior) y roscos de anis vienen......
¿Como los he hecho?
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen tostar 50 gramos de almendra molida (sin piel) con cuidado de que no se queme.
En un bol echar la almendra, una cucharada sopera de canela molida, una cucharada sopera de matalahúva (anis en grano), medio kilo de harina de repostería, medio vaso de azúcar, medio vaso de aceite de oliva virgen extra (usé de Málaga, de Periana....), una copa de vino dulce moscatel y otra de anis dulce (aguardiente), amasándo todo los ingredientes hasta que la masa esté homogénea y compacta.
Untar las manos con harina y hacer los roscos.
Freir en aceite muy caliente, procurando que no se quemen.
Escurrir en papel de cocina y pasarlos por azúcar glass.
¡¡ Disfrútenlos haciéndolos y probandolos !! Les deseo un feliz fin de semana.