Receta de rosquillas de anís
Esta es una receta tradicional, al más puro estilo de las típicas roquillas que nos hacían nuestras abuelas o madres. Además, en España, este postre es típico de la Semana Santa, aunque hoy en día ya se elabora y consume en cualquier época del año. Si bien, existen diferentes tradiciones dependiendo de las comunidades española. Por ejemplo, están presentes en las romerías y fiestas populares de Galicia.Os recomiendo que también probéis estas ricas rosquillas de la abuela, ¡de naranja! Y otro postre que estoy seguro os encantará, son estos buñuelos de viento rellenos de crema pastelera. Y ahora, vamos allá, amigos, ¡al lío!
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Ingredientes
Para 30 rosquillas500 g de harina común.
3 huevos XL.
40 g de azúcar moreno.
40 g de azúcar blanca.
60 ml de leche.
40 ml de anís (licor).
40 ml de aceite de oliva virgen extra.
Ralladura de 1 limón.
16 g de levadura.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra abundante para freír.
Receta de rosquillas de anís paso a paso
Cómo hacer rosquillas de anís
Comenzamos a preparar nuestras rosquillas de anís cascando los huevos.
Yo use huevos XL. Es importante que tengáis en cuenta este dato.
¿Por qué? Porque cuanto mayor sea el huevo, más harina hará falta para la masa.
Seguidamente añadimos azúcar.
A mí me gusta que la mitad sea blanco y la otra mitad, moreno.
Vosotros podéis emplear el que más os agrade.
Batimos durante un par de minutos hasta obtener una mezcla homogénea y los granos de azúcar disueltos.
Ahora es el momento de verter el anís y la leche para las rosquillas esponjosas.
Lavamos muy bien un limón y cogemos un rallador.
Rallamos la piel del limón encima de nuestra mezcla.
Cuidado con la parte blanca de la piel del limón que amarga. Solo nos interesa la amarilla.
Batimos nuevamente hasta integrar todos los ingredientes.
Agregamos parte de la harina tamizada (para evitar grumos), el aceite, la levadura y una pizca de sal.
Yo he utilizado sal rosa del Himalaya, pero vosotros podéis poner sal común sin problema.
Con movimientos desde adentro hacia afuera comenzamos a ir fresando.
Es decir, incorporando todos los ingredientes de nuestra masa de la receta de rosquillas.
Paciencia, vamos a ir moviendo de forma suave hasta lograr una masa nada pegajosa.
Poco a poco ponemos harina y seguimos mezclando, así hasta tener lista nuestra masa.
En ese momento, amasamos con las manos durante 1 minuto escaso.
Tapamos la masa con papel film y dejamos reposar en la nevera 2 horas, como mínimo.
Mientras, puedes ir preparando un batido, si te gusta tomar los dulces con algo fresquito.
Cómo dar forma y freír rosquillas de anís
Transcurrido el tiempo, sacamos la masa de las rosquillas fritas de la nevera.
Comprobamos que las manos no se pegan al tocarla.
En caso de que se peguen, nos ayudaremos con un poco más de harina.
Colocamos una tabla sobre la mesa de trabajo y cogemos pequeñas porciones de masa.
Rodamos estas porciones sobre la tabla para obtener un cilindro alargado y uniforme.
Seguidamente, unimos las puntas y apretamos un poco, logrando la forma típica de las rosquillas caseras.
Continuamos así hasta finalizar con toda la masa.
Colocamos una sartén al fuego con abundante aceite de oliva virgen.
Para freír las rosquillas con anís esponjosas es muy importante que el aceite no esté hirviendo.
Si no, se nos quemarían por fuera y quedarían crudas por dentro.
De ahí que yo mantenga la temperatura entre 6 o 7 a lo sumo, de un máximo de 9.
Las rosquillas crecerán poco a poco y se irán dorando a medida que las freímos.
No debemos excedernos en el tiempo, pues quedarían duras.
Una vez en su punto, sacamos las rosquillas de anís blanco y las ponemos en una bandeja con azúcar.
Es muy importante rebozarlas en azúcar nada más sacarlas de la sartén para que este se pegue.
Una vez frías, el azúcar ya no se le pegará a este postre.
Para asegurarnos de la temperatura del aceite y de la cocción adecuada, probamos con 1 rosquilla.
Tras hacer la primera, pillamos el punto y podremos freírlas de 3 en 3 o de 4 en 4.
Cuando las partáis, veréis qué jugosas quedan estas roquillas de la abuela.