A veces me apetece experimentar, probar recetas, inventarme cosas? no es que la receta de hoy sea algo que sólo se me haya ocurrido a mí, para nada, pero sí que me puse en plan alquimista a ver qué pasaba.
Preparar un salmón marinado en casa es posible, bueno, no sólo es posible, sino que lo más probable es que sea un éxito. Facilmente podemos hacer un pescado ideal para cualquier tipo de entrante o cena ligera, que seguro que os encantará.
RACIONES: 10
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 30 minutos + 24 horas reposo
SALMÓN MARINADO:
1 LOMO DE SALMÓN UNOS 500 gr.
AZÚCAR MORENO
SAL GORDA
1 REMOLACHA FRESCA
TOMILLO FRESCO
1 LIMÓN
1.- Lo primero que hacemos es limpiar el pescado y retirarle la piel. La parte más laboriosa de la receta es intentar quitar todas las espinas, las de los laterales nos resultarán más o menos fáciles de eliminar y las que tiene el lomo por el interior las podemos retirar con una pincitas.
Podemos macerar el pescado con espinas, pero después, a la hora de cortarlo y servirlo, será mucho más engorroso, creo que vale la pena dedicarle un poquito de tiempo y retirárselas para poder disfrutar después mucho más.
Un apunte, para eliminar el riesgo del anisakis, he congelado previamente el salmón no menos de 48 horas. Después dejamos descongelar desde la noche anterior y listo para trabajarlo.
2.- Necesitaos una bandeja ajustada al tamaño de nuestro trozo de pescado, ya que además de generar bastante agua, es importante que todos los ingredientes del marinado cubran el pescado lo mejor posible.
Hacemos una cama en el recipiente con sal gorda y azúcar y colocamos encima el lomo de salmón.
Yo utilicé sal fina pero no es lo apropiado, quedará mucho mejor con sal gruesa. También podéis utilizar azúcar blanco en lugar de azúcar moreno.
3.- Recubrimos todo el pescado con una nueva capa de sal y azúcar intentando que quede recubierto por todos los lados.
4.- Pelamos y rallamos remolacha cruda sobre la capa de sal y añadimos unas hojitas de tomillo fresco. Podemos emplear cualquier otra hierba que nos guste, la más típica quizá sería el eneldo, pero la verdad que es que no es santo de mi devoción, así que yo lo he sustituido.
Cubrimos bien el lomo con la capa de remolacha y bañamos con el zumo de un limón.
5.- Cubrimos con papel film y colocamos un peso sobre el pescado para ayudar en su secado-deshidratación, que es, en realidad lo que le provocará la capa de sal, y guardamos en el frigo de un día 24 horas.
6.- Pasado este tiempo retiramos del frigo y lavamos la pieza. Vemos que nos ha quedado con un tono rojizo gracias a la remolacha.
A partir de este punto podemos servirlo como más nos guste, en filetitos, tacos, o láminas finas, acompañado de alguna salsa o simplemente sólo en una tosta.
En mi caso lo he preparado con una salsa de yogurt que le da un poco de frescor al pescado, en cualquier caso existen infinidad de posibilidades. Que lo disfrutéis!
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