La sangre de pollo cocida, es un producto tradicional que se suele guisar encebollada. Cuando yo era pequeño, la tía Paca la hacía de vez en cuando con tomate y casi había olvidado su sabor. No se porqué, el otro día, al entrar en una carnicería del barrio de la Victoria donde nací y pasé mis primeros años, se me antojó probarla de nuevo.
El barrio de la Victoria es en si mismo un ejemplo de los cambios culinarios populares. Tradicionalmente a este barrio se le conocía como el barrio de "chupa y tira" haciendo alusión a que al ser un barrio de gente humilde, se comían allí muchas almejas (que se chupan y se tiran), molusco muy menospreciado antaño por la clase alta malagueña y que sirvió de sustento (en crudo, cocido o en guisos como el arroz o la tradicional cazuela de fideos) a los menos agraciados económicamente.
No es muy habitual en la mayoría de nuestras casas comer sangre guisada, pero ahora con la crisis económica, parecen resurgir platos tradicionales hoy en día menospreciados, pero que salen muy bien de precio. Las costumbres cambian en ambos sentidos.
La sangre encebollada es un plato principal si la acompañamos con un arroz blanco o con unas patatas fritas, aunque también podemos hacer con ella platos de pasta, rellenos para lasañas y canelones. También recuerdo haber probado en Casabermeja un arroz en paella muy rico hecho con sangre y habas tiernas.
Aquí podéis descargar la receta en formato PDF:
Sangre encebollada.pdf