Receta para hacer sardinas al horno
La sardina es uno de los peces más sabroso y aromático que se usan en cocina. Los múltiples métodos de cocción a los que puede ser sometida (a la plancha, fritas, al horno, a la brasa, etc), dan lugar a un amplio abanico de platos. A la hora de seleccionarlas, debemos asegurarnos de que están muy frescas. Al tratarse de un pescado azul es mucho más graso y rico en vitaminas (A y D) que los pescados blancos. Además, como muchos otros pescados, las sardinas contienen altos niveles de ácidos grasos omega 3, muy importantes para el buen funcionamiento de nuestro cerebro. La mejor época del año para beneficiarse de todas sus propiedades es en verano, puesto que es cuando mayor cantidad de grasas presenta su carne.
Durante muchos años he veraneado en un pequeño pueblo bañado por las cálidas aguas del Mar Menor. Ahí fue donde comí por primera vez sardinas. Durante las fiestas de julio, que se celebran en honor a Santiago Apostol, se organiza una gran sardinada junto al mar. En la arena se preparan enormes fogatas que dan lugar a unas brasas ideales sobre las que se asan las sardinas enteras. Todo el pueblo se agolpa junto al fuego a la espera de tan esperado manjar. Comerlas en un entorno así, junto al mar, bajo la luz de la luna y rodeado de seres queridos, hace de este acto algo mágico. Si tenéis la oportunidad de prepararlas de esta forma, no os lo penséis, pocos bocados son tan exquisitos como unas sardinas asadas a la brasa con un poco de sal.
La receta que os presentamos hoy es muy sencilla de elaborar, simplemente se colocan las sardinas en una fuente, enteras y sin destripar, y, tras embadurnarlas con un majado de ajo y perejil, se llevan al horno. Os aconsejo que cuando vayáis a comprarlas, os aseguréis de que están muy frescas y que elijáis ejemplares de tamaño grande.
En nuestra página podéis encontrar otras muchas recetas elaboradas con pescado, como, por ejemplo, este plato de arroz de verduras con boquerones o un rico marmitako de bonito.Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 2 personas]:
Sardinas - 10 unidades
Dientes de ajo - 6 unidades
Limón - 1/2 unidad
Perejil - 4 cucharadas grandes
Aceite de oliva - 4 cucharadas grandes
Sal - 1/2 cucharaditaElaboración de la Receta
Comenzamos la receta pelando los dientes de ajo y poniéndolos en el mortero.
Quitamos los tallos más gruesos al perejil y lo picamos finamente. Lo añadimos también al mortero.
Echamos un poco de sal y machacamos hasta formar una pasta de textura gruesa en la que aún se aprecien trozos de ajo.
Vertemos en el mortero el aceite de oliva y removemos bien para que éste impregne al resto de ingredientes.
Por último, añadimos el zumo de medio limón y volvemos a mezclar.
Ponemos el horno a calentar a 200ºC.
Colocamos las sardinas, sin destripar, en una fuente para horno.
Con la ayuda de una brocha de cocina untamos las sardinas con la mitad del majado de ajo y perejil.
Volteamos todas la sardinas y volvemos a pincelarlas con el majado para que queden impregnadas por todos lados.
Llevamos la fuente al horno y horneamos, a 200ºC, durante 25 minutos.
Retiramos y servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Hay personas que defienden que las sardinas se deben cocinar enteras, sin eviscerar (retirar las tripas), ya que si las sometemos a este proceso su sabor se puede ver alterado. Una vez horneadas, las tripas se les pueden quitar con mucha facilidad.
Si lo deseáis, podéis preparar esta receta haciendo uso de sardinas sin la espina central y sin la cabeza. En ese caso, se ponen los filetes en la fuente, con las escamas mirando hacia arriba, y se les somete al mismo tratamiento que en el caso de las sardinas enteras.
A la hora de comprar las sardinas para esta receta, optaremos por llevar a casa solo la cantidad necesaria para elaborar este plato, ya que el pescado azul, por su alto contenido en grasas, no debe ser congelado, ya que su textura y sabor se ven alterados.