De modo que cuando un paquete de estos galets catalanes cayó en mis manos, supe que mis cachorritos iban a adorar este plato. Y no me equivoqué porque es que esta sopa está buenísima, casi no parece ni sopa porque hay que masticar para comerla y eso no suele hacerse en las sopas. Y, por eso, a mí me ha conquistado.
Se trata de un plato tradicionalmente navideño en las mesas catalanas, pero como aquí no hay costumbre ninguna de tomar esta sopa ni en navidad ni en ninguna época del año, no se nos ha hecho extraño consumirla fuera de fechas. Pero, si queréis ser puristas, reservadla para la cena de nochebuena o la comida de navidad.
Quiero aprovechar esta entrada para participar en el sorteo del 5º Aniversario de Para estar por casa, patrocinado por Lékúe. No os lo perdáis porque aún tenéis un par de días para conseguir el fantástico lote de productos que se sortean. Aunque, pensándolo bien, ni os molestéis, porque me lo voy a llevar yo :-P
Receta de la sopa de galets
1 paquete de galets
Se trata de un tipo de pasta similar a los llamados tiburones, pero mucho más grande y algo más fina.
1 litro y medio de caldo casero.
A mí el que más me gusta es el de cocido: siempre que lo preparamos, procuramos que sobre caldo para congelarlo y hacerles sopitas a los cachorritos para cenar (¿os he dicho ya que son "sopadictos"?)
250 g de carne picada.
La que prefieras, a mí me gusta más la de ternera.
2 dientes de ajo
un poco de perejil fresco
sal y pimienta.
Preparamos la carne: picamos el ajo y el perejil bien fino, quitando al ajo el corazón para que no repita.
Lo mezclamos con la carne y la salpimentamos al gusto.
Rellenamos los galets: con mucho cuidado y con ayuda de una cucharita bien pequeña, vamos rellenando los galets con el preparado de carne.
Rellenadlos todo lo que podáis porque la carne tiende a enconger con la cocción y, por el contrario, la pasta crece.
Terminamos la sopa: calentamos el caldo y, cuando rompa a hervir, echamos los galets rellenos. Lo dejamos cocer sin remover para que la carne no se salga de la pasta durante unos 7 minutos, según el punto en el que os guste la pasta.
A mí me gusta bien enterita: es uno de los motivos por los que las sopas no me apasionan y es que no soporto la pasta blanda, no puedo, no puedo, no puedo. Ni blanda ni ligeramente reblandecida ¡qué no!
Probad uno antes de sacarlos del fuego para aseguraros de que están a vuestro gusto.Se sirve inmediatamente y se come calentita. Es un plato perfecto para una cena de invierno, completo y calentito. Si tenéis ocasión de encontrar este tipo de pasta, no dudéis en probarla porque esta sopa os va a sorprender.
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Feliz jueves