Este mes lo he tenido difícil para decidirme por una receta para el desafío. El tema era sopas y cremas con nombre propio. Y el problema es que me encantan las sopas y cremas, de todos los sabores y colores, para tomar en frío o en caliente. Al precio pensé in innovar y buscar alguna que no hubiera hecho nunca, pero finalmente me decidí por una que suelo preparar mucho y que para mi es de fondo de armario (o de nevera, que es donde tengo guardado el miso). Se hace en un momento y está buenísima.
Existen diferentes tipos de miso. Los más fáciles de encontrar son el miso rojo y el miso blanco. La principal diferencia es que el rojo tiene un sabor más fuerte que el blanco. Aunque el más utilizado es el miso blanco, a mí me gusta más el rojo. Es el que suelo comprar siempre y es el que utilizo en esta receta.
Otro ingrediente necesario es el caldo dashi. Se trata de un caldo hecho con alga konbu y copos de bonito seco (katsuobushi). Lo ideal sería hacer el caldo, pero, aunque he visto el katsuobushi para comprar por intenet, no he encontrado aún ninguna tienda que lo venda por aquí cerca. Así que utilizo caldo dashi instantáneo (unos polvitos que se disuelven en agua)
En este caso he utilizado alga wakame ya cortada, en alguna otra ocasión la he comprado en hojas. En ese caso cortaríamos un par de tiras en trozos pequeños. Hay que tener cuidado de no usar demasiada cantidad porque al hidratarla coge mucho volumen
Ingredientes para 4 personas:
1l de agua
10g de dashi instantáneo (un sobre)
3 cucharadas de miso rojo
1 puerro
1 cucharada de alga wakame deshidratada
100 g de tofu
En primer lugar vamos a poner el agua a hervir junto con el dashi. Mientras tanto partimos el puerro en rodajas y el tofu en cubos.
Cuando el agua empiece a hervir, bajamos un poco el fuego y removemos para que el dashi se disuelva bien. Lo dejamos hervir a fuego lento un par de minutos.
Apartamos un vaso de agua y echamos en la cazuela el tofu, el puerro y el alga wakame. Dejamos hervir unos 5 minutos.
Mientras tanto, echamos las 3 cucharadas de miso en el vaso y revolvemos bien (yo utilizo un tenedor) hasta que se disuelva.
Apagamos el fuego y añadimos el miso disuelto. Es muy importate que la sopa no hirva una vez que hemos añadido el miso, así que lo mejor es servirla al momento. Pero si hay que volver a calentarla, debe ser a fuego bajo para que no hierva.
¡Buen provecho!
Como super fan que soy de todo tipo de sopas y cremas, tengo muchísimas ganas de ver qué han hecho el resto de compañeros del desafío.