Es una receta bastante facilita y resultona, de las que me gustan.
Empezamos poniendo un poco de aceite en el fondo de un caldero grande, cortamos la cebolla pequeñita y pochamos con un poco de sal y pimienta. Añadimos los champiñones troceados, rehogamos un poco y regamos con vino blanco, ponemos un poco de tomillo y la hoja de laurel.
Una vez ha evaporado el alcohol del vino añadimos el caldo de pollo (si es casero mucho mejor), cuando esté hirviendo agregamos la pasta elegida y coceremos el tiempo que indica en el paquete.
Dejamos que la sopa repose y servimos con un poco de queso parmesano rallado por encima.
Está deliciosa y sienta de maravilla. Si estás resfriado te va a encantar.
* Puedes añadir una cucharada de harina antes del vino blanco y dejar que se tueste bien para que la sopa quede con más cuerpo.
* Elige la pasta que más te guste, en mi caso puse unas caracolas de colores pero tengo ganas de probar con tortellinis rellenos de queso.
* Si quieres hacer la sopa más contundente puedes añadirle unos trozos de pollo en el caldo y unos garbanzos.
Espero que te haya gustado esta receta y que aproveches estos días de frío para probarla.
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